Mercedes Erbetta es una de las bailarinas más destacadas de Marumbá, una de las comparsas que animan todos los sábados los corsos de Hansenkamp, provincia de Entre Ríos. Pero guarda consigo un detalle que llama la atención de todos: fue monja durante ocho años.
La "hermana" se crió al ritmo de los tambores, debutó a los 20 años como pasista, pero a los 24 eligió la vida religiosa. Tras ocho años y medio como hermana mercedaria, dejó los hábitos y ahora volvió a la comparsa.
Sin embargo, destaca que en la comparsa “ni referencia hacen a eso. No me lo dicen. Ellos lo deben tomar más natural que cualquiera porque saben mi historia, entonces para la gente del pueblo es más normal mi vuelta a la comparsa a que hubiese decidido no volver”, expresó.
Además, aseguró que ser monja y comparsista "es totalmente compatible". “Una cosa es ser religiosa, fue una etapa de mi vida de la que aprendí un montón y me sirve. Y la comparsa es algo que tengo de chiquita, que lo llevo adentro y lo voy a seguir teniendo. Es más, cuando estaba en la congregación me regalaron un CD de la comparsa para mi cumpleaños y en vacaciones armé una con las hermanas. Es algo que está dentro mío y yo lo vivo como un arte. Las dos cosas son gratuidad y entrega”, señaló.
Fuente: 24con