Sandra Nisman, hermana de Alberto Nisman, declaró que ella y su madre prestaron el nombre para que el fiscal muerto el 18 de enero depositara plata en la misma sin que ellas supieran el flujo de dinero ni su origen. Lo mismo había declarado el informático contratado por Nisman para la Unidad de Investigación del atentado a la AMIA, que encabezó hasta su fallecimiento, quien aparece como tercer propietario, junto a Sandra Nisman y Sandra Garfunkel, la madre del fiscal, en Nueva York.
La hermana del fiscal declaró el viernes en el marco de la causa. La audiencia debió realizarse antes pero se postergó por razones de salud esgrimidas por la testigo. Los mismos motivos impidieron que hasta ahora declare Garfunkel. La hermana y la madre del fiscal cobraron más importancia entre los testigos de la causa cuando la ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, denunció que ambas junto a Lagormarsino tenían una cuenta de la que el ex fiscal era apoderado pero no propietario.
El diario La Nación reconstruyó tramos de la declaración de la hermana de Nisman. Entre los párrafos de la crónica de Paz Rodríguez Niell se destataca que Sandra Nisman declaró que su hermano le había dejado dicho que si algo pasaba, llamaran a "Clarisa", el contacto con el banco Merrill Lynch.
Contó que así lo hicieron. Que ella y su madre se comunicaron desde un locutorio (consultada sobre qué locutorio, dijo no recordarlo) y que fue esta mujer quien les informó que compartían la cuenta con Lagomarsino. Entonces, relató, ella la llamó a su ex cuñada, Arroyo Salgado, y se lo contó. Consultada sobre desde qué teléfono había llamado a Arroyo, dijo que desde un teléfono prestado. Esta declaración fue reconstruida por LA NACION de fuentes que conocieron su contenido.
Después de que Arroyo le contara a Fein sobre la cuenta, Lagomarsino presentó una serie de documentos. De esos papeles surge que desde la primera mitad del año pasado la cuenta tenía tres cotitulares: Sandra Nisman, Garfunkel y Lagomarsino. El fiscal no aparecía como dueño, sino como apoderado. No obstante, la defensa y la querella coinciden en que era quien la manejaba.