Con sólo cruzar dos datos, el de la cantidad de homicidios con el de la cantidad de presos (ambas variables subieron) se da por tierra con lo que piden caceroleros y legisladores oportunistas.
Por Javier Polvani
@javierpolvani
OPINIÓN- Al mismo tiempo que la Justicia duplicó el crecimiento anual promedio de la población carcelaria de Mendoza, el índice de homicidios aumentó el 16% entre 2011 y 2012. La realidad reveló la falsedad del supuesto militado como verdad revelada por los profetas de la mano dura: más detenciones y encarcelaciones no determinan una merma de los delitos.
El director del Servicio Penitenciario ensayó un análisis sobre las causas del aumento inédito de la cantidad de presos: "El aumento este año se relaciona con una cuestión coyuntural promovida por varios delitos que han tenido una gran repercusión en la sociedad y a través de los medios, y por otros aspectos, como la negativa de libertades condicionales, lo que hace que la población carcelaria se estanque". (Ver Los Andes)
Durante el mismo año que se duplicó el promedio anual de crecimiento de la población penitenciara, con el ingreso de 540 nuevos presos, en las calles de Mendoza se cometieron 139 homicidios, un 16% más que el año anterior. (Ver Los Andes)
Los números sugieren que la Policía y la Justicia actuaron en sintonía con el manual de la mano dura, pero el resultado de ese accionar no tiene nada que ver con la supuesta baja de los delitos que justifica el precio de la mano dura.