Por María Florencia Alcaraz
Para Infojus
Los abogados de la familia de Luciano Arruga pidieron 16 años de prisión e inahibiltacion absoluta para Julio Diego Torales, el ex policía bonaerense imputado por las torturas que sufrió el joven de 16 años el 22 de septiembre de 2008. La fiscalía, en tanto, reclamó 10 años de prisión. Los defensores del imputado expondrán su alegato después de un cuarto intermedio. El Tribunal Oral Criminal 3 de La Matanza dará a conocer la sentencia el viernes próximo a las 12 del mediodía.
De acuerdo al expediente, a Luciano lo levantaron en Bolívar y Perú por la figura conocida como “AA”: averiguación de antecedentes. Buscaban al responsable del robo de un celular. Lo requisaron sin testigos y, según la versión policial, encontraron lo robado. Lo tuvieron más de 8 horas en un lugar que no estaba habilitado para detenciones. Pudo irse después de que su mamá volviera con la partida de nacimiento en la mano. La había ido a buscar hasta Puente de la Noria porque la tenía su cuñada, que le estaba tramitando el DNI al sobrino. Cuando se lo llevaron, Luciano alcanzó a señalar a Torales: “Vos me pegaste mientras dos me sostenían”.
El debate oral comenzó el lunes. En la primera audiencia declararon seis testigos, entre ellos la madre de Luciano. "Todo esto empezó cuando se negó a robar para la policía", dijo Mónica Alegre. Además prestaron testimonio Juan Gabriel Apud y Rocio Gallegos. También expusieron dos médicos Maria Fontela, del Cuerpo Médico Forense de La Matanza, y Gabriel González, quien lo atendió a Luciano en el Policlínico de San Justo. Otra que habló ante los jueces fue Zulma Noemi Robles de Torales, la madre del ex policía.
En la segunda audiencia la única que habló fue la hermana de Luciano, Vanesa Orieta. Detalló todo lo que Luciano le contó sobre la detención y el contexto de persecución y hostigamiento que sufría. Relató cómo cambió su hermano después de la detención y el miedo que sentía. "Mi hermano no sabía qué hacer para que dejaran de molestarlo", dijo. La jornada previa a los alegatos declararon dos policías que habían sido convocados por la defensa de Torales. También expuso la supuesta víctima del robo por el que detuvieron a Luciano.
Los dos policías admitieron que el adolescente de 16 años estuvo detenido en la cocina de la dependencia, un lugar que no estaba habilitado para esos fines. Miguel Ángel Olmos habló sobre cómo fue la detención en la calle. Tuvo contradicciones y omisiones sobre detalles que había narrado durante la instrucción. La agente Mónica Chapero contó, además, que ella estuvo con Luciano en la cocina mientras duró su turno. Para la fiscalía y los abogados de la querella fue una "autoincriminación". Es que además de Torales hay dos efectivos más que participaron de la agresión que aún no fueron identificados.