Sobre esposos y esposas desaparecidas bajo el terror militar declararon cuatro testigos en el IV Juicio de Lesa Humanidad

Share
Tiempo estimado de lectura: 6 minutos

Share
GE DIGITAL CAMERA
Alfredo Saieg, contador, quien padeció el secuestro y desaparición de su esposa, d quien nunca más tuvo datos.

Esposos y esposas de desaparecidos y presos políticos durante la dictadura testificaron en el Megajuicio de Lesa Humanidad que juzga a ex jueces, policías y militares por complicidad con la dictadura.

Se inició la jornada con el testimonio del Contador Alfredo Saieg, esposo de Olga Roncelli, profesora de Matemáticas y Física, cercana a la conducción del sindicato docente y con contactos con la organización Poder Obrero (OCPO).

Según lo relatado por Saieg, el 13 de septiembre de 1977, su esposa partió para dar clases en la Escuela del Magisterio mientras el hijito de ambos quedó en la casa. Al ver que no regresaba a la hora esperada salió a buscarla sin éxito. Al día siguiente presentó la denuncia sobre su desaparición en la Comisaría 7ma. de Godoy Cruz.

Según la reconstrucción que pudo hacer el testigo, la profesora Roncelli dio clases y abordó su auto, estacionado en la calle Belgrano (otra versión más difusa da cuenta que la apresaron dentro de la institución educativa) pero no llegó a destino.

A partir de ese momento Saieg realizó el circuito de búsqueda habitual por dependencias policiales y militares e, incluso, se entrevistó con el Mayor Jorge Cabrera, de la SIDE, egresado del Liceo Militar, al igual que él, quien, cínicamente, le respondió “si no sería una cuestión de pantalones”.

También consiguió publicar su desaparición y búsqueda en el diario Los Andes. Un abogado amigo, Arturo Lafalla, presentó dos Habeas Corpus con resultado negativo. También con su patrocinio litigó contra la compañía de seguros por el vehículo y por otros bienes.

En más de una ocasión su esposa le había contado que sufría seguimientos en distintos lugares por los que circulaba. Aunque el testigo no compartía su militancia, decidió apersonarse al D2 junto a ella para volcar esta inquietud. Poco después, su misma esposa sería una víctima más de secuestro y desaparición.

Alfredo Saieg dijo que nunca tuvo indicios del paradero de su señora ni del auto. Sin embargo, Olga Roncelli estuvo secuestrada en los calabozos del D2 según lo testimoniado por Carlos Rossi y Alfredo Ghilardi quienes la escucharon gritar su nombre entre gemidos. Coincidentemente, ambos fueron detenidos en Rivadavia el 9 y el 14 de septiembre de 1977.

De Mendoza a San Juan

En el marco de la causa que investiga el accionar de ex jueces en la desaparición de José Luis Herrero, declaró por videoconferencia desde Caracas, quien fuera su esposa, Rosario Quiroga.

José Luis Herrero era miembro del Partido Auténtico en San Juan y participaba en Montoneros. Debido a la persecución de la que fue objeto se trasladó a Mendoza donde fue apresado. Sin embargo, fue visto por última vez en el Regimiento de Infantería de Montaña (RIM) 22 de San Juan.

Rosario y José Luis, ambos militantes montoneros, se casaron en San Juan en junio de 1971 y tuvieron 3 hijas. A fines de 1975 su vivienda sanjuanina fue allanada y personal de las fuerzas de seguridad los fue a buscar a sus trabajos. Por este motivo José Luis viajó a Mendoza a buscar una casa para luego trasladarse con sus hijas. En esta provincia, Herrero fue víctima de un nuevo allanamiento en la pensión en la que se alojaba, sita en Gral. Paz y Mitre de ciudad, el 9 de marzo de 1976, fecha en que desapareció.

A la semana siguiente, Rosario junto a su suegro José, viajaron a Mendoza e iniciaron la consabida búsqueda por distintas dependencia, pero no obtuvieron ninguna respuesta. Presentaron un Habeas Corpus que fue rechazado por el exjuez Carrizo, señaló la testigo. También realizaron gestiones ante el exjuez Miret, con resultado nulo.

En las numerosas visitas efectuadas a nuestra provincia en búsqueda de rastros de José Luis, el padre de Herrero y Rosario Quiroga pudieron constatar que José Luis figuraba en una lista de la Policía. También se les informó que podía estar en el comando del Ejército, hecho que luego les fue negado.

Posteriormente, la testigo supo que un soldado conscripto y una exdetenida, Silvia Gilbert, aseguraron haber visto a José Luis Herrero en el RIM22 de San Juan, lo que habla a las claras de la articulación de los grupos de tareas que atravesaba las fronteras provinciales.

Para finalizar, Rosario relató la pesadilla que vivió junto a sus 3 hijas, cuando fue secuestrada en diciembre de 1977 en Uruguay y trasladada junto a las pequeñas a la ESMA, donde permaneció hasta su liberación y se trasladó a Venezuela, en enero de 1979.

GE DIGITAL CAMERA
Rosario Quiroga declaró desde Caracas por teleconferencia. Foto: juiciosmendoza.blogspot.com

Un hecho fortuito

Olga Salvucci estudiaba Bioquímica y era presidenta del centro de estudiantes en la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, además militaba junto a su esposo, Horacio Leceta, en el Partido Comunista. Como él consiguió trabajo en YPF y eso demandaba que estuviera en Mendoza, en marzo de 1976 vinieron a vivir a la Provincia. Olga, también colaboraba con COMACHI (Comisión de Ayuda a Chile), en solidaridad con la gente exiliada de la dictadura chilena.

El 29 julio de 1976 le avisaron que la Marina había allanado la casa materna, en Bahía Blanca. Por este motivo decidió llevar unos libros sobre política a la casa de un amigo, Horacio Nacucchio, y resguardarse, pero ese mismo día, casualmente el Ejército había colocado una faja de clausura en el domicilio de Nacucchio y ambos terminaron detenidos en la comisaría 4ta. de Ciudad. Posteriormente, la mujer fue trasladada al Casino de Suboficiales, ubicado en el predio de la Compañía 8va. de Comunicaciones del Ejército, sobre la Avenida Boulogne Sur Mer. Unos días después, fue compelida a participar del allanamiento de su propio domicilio.

Olga recordó haber compartido cautiverio en el Casino de Suboficiales con Vilma Rúpolo, Cora Cejas, Liliana Buttini, Estela Izaguirre y otras compañeras, lugar en el que estaban custodiadas por un solo guardia. Periódicamente las sacaban para ser sometidas a interrogatorios en algún lugar próximo. Las sesiones, además de ser largas y reiteradas, suponían torturas como las picanas en sus cuerpos desnudos y otros vejámenes.

Luego de dos meses la llevaron al penal de Mendoza, donde estuvo detenida dos meses más. El 7 de diciembre de 1976 las trasladaron en grupo en un avión Hércules a la cárcel de Devoto, momento en el que fue puesta a disposición del PEN y en el que recibió visita de sus familiares.

Su esposo, Horacio Leceta inició recursos de Habeas Corpus para saber sobre el paradero de su compañera, los cuales fueron rechazados. También se dirigió a la SIDE provincial y al Arzobispado, pero sus pedidos no tuvieron curso. A Olga nunca le informaron por qué estaba detenida y mucho menos vio a un juez durante su cautiverio.
El 14 de marzo de 1977, en Devoto, le dieron la libertad condicional y el 14 de mayo del mismo año se hizo efectiva.

GE DIGITAL CAMERA
Horacio Antonio Leceta testificó sobre el secuestro de su esposa, Olga Salvucci. Foto: juiciosmendoza.blogspot.com

Camaradas

Horacio Antonio Leceta, esposo de Olga Salvucci, confirmó los datos declarados por su esposa, respecto de su militancia estudiantil y política como miembros de Partido Comunista en Bahía Blanca y su traslado a Mendoza en marzo de 1976, por razones de trabajo, ya que era geólogo en YPF.

A fines de julio de ese año se anotició de la detención de su esposa y regresó desde Malargüe a Mendoza. Al llegar a la casa, un grupo de policías lo redujo y lo interrogó por el motivo de su acercamiento al domicilio que estaba custodiado. Al identificarse como su esposo le informaron que ella estaba en poder del Ejército y lo dejaron en libertad. Luego, Leceta se enteró de que Olga había sido detenida al presentarse fortuitamente en la casa de su amigo, Horacio Nacucchio, la que había sido allanada la noche anterior.

A partir de ese momento, Leceta pidió ayuda al abogado De la Vega, del Partido Comunista, quien realizó un Habeas Corpus y lo presentó ante el Juzgado Federal. Al poco tiempo, el testigo presentó ante el Comando del Ejército, directamente en el despacho del Coronel Yapur, una demanda denunciando apremios ilegales y torturas basándose en una carta recibida de su esposa, quien le informaba en clave lo que estaba sufriendo en el Casino de Suboficiales. La respuesta a su nota se la dieron por intermedio del familiar de otra detenida, quien le transmitió un mensaje de la institución: si no retiraba la denuncia lo matarían. Leceta relató que nunca hubo una respuesta del Habeas Corpus, ni de otras notas presentadas por su abogado.

Confirmó, asimismo, que Olga Salvucci estuvo detenida dos meses en el Casino de Suboficiales, dos meses en el Penal Provincial y cuatro meses en el de Devoto, donde finalmente pudo visitarla. Olga fue libertada el 14 de marzo de 1977.

Fuentre: juiciosmendoza.blogspot.com

Share