El 30 de octubre de 1983 Raúl Alfonsín ganó las elecciones para ser el presidente constitucional que pusiera fin a la dictadura más sangrienta de nuestra historia.
El presidente electo pronunció un discurso para una multitud reunida en la avenida 9 de Julio de la Capital Federal en el que dio por cerrada la etapa más negra de la historia argentina y convocó a una gran unidad nacional con tolerancia por las diferencias ideológicas.