"Argentina tiene una gran cultura del cine, con mucho entrenamiento y estudiante. Cuando trabajás en el exterior te das cuenta de cuánto se valora el cine argentino como forma narrativa"

Share
Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
Share

axel

 

"Mi mujer no ve la hora de que pasen los Oscar, porque no me soporta más”, responde entre risas el periodista-cinéfilo-guionista-productor Axel Kuschevatzky cuando se le menciona, por primera vez durante la charla, a los célebres premios de la Academia. Y es que, más allá de su conocido fervor por todo lo vinculado al cine, el también conductor sabe que sobre sus espaldas descansa una gran responsabilidad: estar informado al detalle sobre películas, estadísticas históricas y nominados para poder encarar con solvencia, por décimo año consecutivo, junto a la mexicana Liza Echeverría, la transmisión a más de 45 países del esperado pre-show de los Oscar. Una instancia en la que cada segundo sobre la tradicional alfombra roja cuenta. Y donde es necesario desarrollar, como Kuschevatzky, una gran habilidad para preguntarles, a las celebrities que van desfilando, lo necesario en el momento justo.

–Como productor te involucraste en los cuatro largometrajes argentinos más taquilleros de 2013: Metegol, Corazón de León, Tesis para un homicidio y Séptimo. ¿Fue olfato o suerte?

–Cumplo con un rol muy específico como productor. Creo que es el público el que, finalmente, acompaña una idea. La concepción del éxito en el cine es bastante relativa. Hay veces que los films no necesitan una taquilla extraordinaria para cubrir sus costos. Suele pasar que a lo mejor viene alguien que me dice que tal película convocó mucho menos de lo esperado. Y yo le digo: “¿De lo esperado por quién?”. Siguiendo el mismo razonamiento ocurre, también, que hay títulos que son muy buenos pero que no tienen la debida repercusión.

–¿Qué films te contarán entre sus créditos este año?

–Relato salvaje, de Damián Szifrón, con Ricardo Darín, Oscar Martínez, Darío Grandinetti y Leonardo Sbaraglia. Y Betibú, de Miguel Cohan, con Mercedes Morán y Daniel Fanego. Son dos películas nacionales en las cuales trabajo como socio y, además, haciendo lo posible para que tengan un perfil bien alto al momento de que sean lanzadas.

–Más allá de los proyectos en los que participás, ¿cuál es tu diagnóstico sobre el cine argentino?

–Hay que tener en cuenta –como contexto– que hay países y mercados que no ofrecen la contención debida a su cine, donde los realizadores no reciben subsidios y exenciones impositivas. Y que, en términos de la industria, resulta en que sus films queden muy rezagados, con escasas posibilidades de que puedan verse más allá de sus fronteras. En cambio en la Argentina, como en Brasil y México por ejemplo, el escenario es diferente, con películas muy buenas. Y eso hace que tengan una mejor circulación. Además suma el que acá haya una gran cultura del cine, con mucho entrenamiento y estudiante. Eso nos da otra llegada y es muy apreciado. Cuando trabajás en el exterior te das cuenta de cuánto se valora el cine argentino como forma narrativa.

–¿Qué significan los Oscar para vos?

–Más allá de que se acostumbre a analizarlos como si fueran un partido de fútbol, el Boca-River, a mí me encantan. Amo el cine y la posibilidad de que la gente disfrute de las películas, tenga el cine presente e introduzca a los premios en sus conversaciones cotidianas. En ese sentido, estoy agradecido a los Oscar, porque si no existieran habría títulos que no tendrían distribución en América latina. Por ejemplo, Nebraska, de Alexander Payne, si no estuviera entre las nominadas de este año, corría un gran riesgo de que no se proyectara en las salas argentinas.

–¿Hay alguna película que quedó afuera y hubieras deseado que esté entre las participantes?

–Sí, All is lost (Todo está perdido), de Jeffrey Chandor. Ojalá hubiera tenido muchas nominaciones. Ahí Robert Redford hace un gran trabajo. Se merecía, más que otros, estar entre los candidatos a mejor actor. Y de las argentinas me hubiera alegrado que entrara Wakolda, de Lucía Puenzo. La disfruté mucho. Y Metegol, por los tiempos de estreno en Estados Unidos, todavía tiene chances para el 2015.

–¿Creés que va a transcurrir mucho tiempo hasta que una película nacional vuelva a ser premiada con un Oscar?

–Creo que no, por varias razones. Una es porque entre 1986 y 2010, es decir, entre el Oscar de La historia oficial y el de El secreto de sus ojos, hubo dos nominaciones en el medio: Tango, de Carlos Saura, en coproducción con España, y El hijo de la novia, de Juan José Campanella. Otra es porque a partir de 1995, con la aplicación de la Ley de Cine, se comenzaron a generar parámetros de producción de mejor calidad. Y más próximo en el tiempo, la repercusión internacional y participación en distintos festivales de parte de varias películas nacionales. Así que considero que están dadas las condiciones para que podamos contar con futuras nominaciones.

–¿Cómo te preparás para la cobertura en la alfombra roja?

–Antes que nada me preocupo por ir viendo todas las películas. Siempre en pantalla de cine, a medida de que se estrenan, acá o en festivales. Me actualizo en lo que sea necesario y estudio. Y, unos meses antes, comienzo a entrenar como un boxeador; salgo a caminar todos los días, bajo de peso y me pongo en foco. Es algo que disfruto. Me divierten hasta los aspectos más superficiales del Oscar, como el glamour.

–¿Cumplís con algún ritual antes del programa?

–Sí, antes de salir al aire llamo siempre a toda mi familia. Son como mis acompañantes terapéuticos a la distancia.

–¿Sos consciente de que cuando se prende la cámara te están viendo cerca de 120 millones de personas?

–Y... es algo a medias. Por un lado, lo sé, y por el otro trato de olvidarlo. El primer año me pellizcaba y pensaba: “Acá meto la pata y no vuelvo más”. Un rato antes de que arranque la transmisión el nivel de ansiedad es enorme. Después de que terminó todo quedo muy cansado porque la concentración que exige implica todo el trabajo previo de meses puesto en movimiento, en vivo, durante una hora.

–Por último, ¿cuál es tu pronóstico para las principales categorías de los Oscar?

–No voy a decir mis preferidas, sino las que creo que llevan la delantera en la carrera. 12 años de esclavitud en mejor película y, en dirección, Alfonso Cuaron por Gravedad. Después, Cate Blanchett, mejor actriz, y Matthew McConaughey, mejor actor. Frozen en animación y, como film extranjero, podrían ser La grande belleza o La casa.

La transmisión en vivo del pre-show de la 86ª entrega de los Oscar podrá verse el 2 de marzo, desde las 20.30, por la señal TNT.

Fuente: Revista Veintitrés

 

Share