Cuatro de cada diez personas (38,6%) son pobres en el Gran Mendoza según los datos publicados por el INDEC este miércoles sobre la incidencia de la pobreza y la indigencia en todo el país. Hay más de 400.000 personas pobres, entre las cuales se incluyen más de 47 mil indigentes, es decir que no alcanzan a cubrir los alimentos básicos para subsistir.
Para no ser pobre, en Mendoza una familia de dos adultos y dos niños debe reunir más de 112.000 por mes, en tanto que para no caer bajo la línea de indigencia se requieren, al menos 44.851 pesos.
El porcentaje de pobres de Mendoza supera el promedio país, 38,6 versus 36,5. También supera a la pobreza calculada en el total de los aglomerados de más de 500.000 personas, que es de 36,7% según el informe.
Para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la EPH, por debajo de la LP se encuentran 2.684.779 hogares, que incluyen a 10.643.749 personas; y, dentro de ese conjunto, 660.494 hogares se encuentran por debajo de la LI, lo que representa 2.568.671 personas indigentes.
La pobraza en Mendoza tuvo un descenso según el informe del segundo semestre de 2021, que arrojó un 44,6% de pobreza en el Gran Mendoza.
La foto no deja de ser vieja: con los aumentos constantes en los alimentos y en los bienes de la canasta básica que se registran desde principios de año, cada vez es mayor la cantidad de personas que, aunque tienen trabajo, no llegan a fin de mes. Por eso el dato debe leerse linkeado con el del costo de vida, y con el de la desocupación, ocupación y deterioro del salario.
La pobreza en Mendoza viene en aumento en los últimos años, y la aceleración mayor ocurrió en el último año de mandato de Cornejo, quien sumió en la pobreza a 117.000 personas en 2019, año en el cual multiplicó todos los índices que marcan el deterioro de la provincia.
La pobreza en el último año de Cornejo creció casi el doble que en pandemia. La pandemia fue letal para la base de clase media en todo el mundo, pero en Mendoza la pandemia tuvo menos capacidad para la construcción de pobreza que los gobiernos de Mauricia Macri y Alfredo Cornejo en el último de sus cuatro años de mandato.