Finalmente, y haciendo caso omiso de las denuncias formales, Alfredo Cornejo envió a la Legislatura la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de los 34 proyectos mineros para explotar la cordillera en busca de cobre, oro y otros metales bajo la denominación "Malargüe Distrito Minero Occidental".
Días atrás, el plan extractivista de Cornejo recibió un espaldarazo de la Suprema Corte, que rechazó la participación de siete organizaciones civiles, sociales y de Derechos Humanos en un litigio por el fracking en el sur provincial.
Cornejo ensalzó que "este proceso cuenta con 13 dictámenes sectoriales y el dictamen técnico de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria de la Universidad Nacional de Cuyo, documentos publicados en la web y abiertos a todos los ciudadanos". Omitió el mandatario las objeciones realizadas ante la Fiscalía de Estado por la nula contemplación de la afectación de glaciares.
También postuló el mandatario que previo al envío del proyecto hubo una "audiencia pública multitudinaria, en la que todos pudieron expresarse", y dijo que la megaminería metalífera tiene "gran apoyo de la comunidad". En un documento difundido días atrás, las Asambleas por el Agua de Mendoza desmintieron ese supuesto masivo apoyo.
Cornejo, jugado a todo o nada
El gobernador está lanzado en una campaña a matar o morir para activar los proyectos mineros con los que espera financiar su proyección al frente de la provincia. La economía de Mendoza es más chica que cuando llegó Cornejo al poder, en diciembre de 2015, tras la debacle del peronismo liderada por Francisco Paco Pérez desde el gobierno provincial.
El plan del mandamás radical es cambiar la Carta Magna o forzar una reinterpretación de la vigente de forma de ir por la reelección en 2027. Todo depende de la suerte de la minería, puesto que si logra activar algún proyecto con lo que recaude tendrá el financiamiento para dotar a su gestión con un arma poderosa que le asegure la continuidad. De lo contrario, el proyecto reeleccionista tendría dificultades y para quedarse con el poder debería apelar nuevamente a un delegado, como lo fue Suárez, desde 2019 hasta 2023.
Minería y reelección, las razones de Cornejo para ser extremista entre los colaboracionistas
