Un referente del macrismo puro blanqueó el boicot de la Casa Rosada a la candidatura del radical Horacio "Pechi" Quiroga. Fue un daño colateral de la estrategia del gobierno para conseguir la reelección de Mauricio Macri.
Leandro López rompió el velo que le puso el gobierno a su apuesta por la reelección de Omar Gutiérrez. El diputado nacional ultra macrista pidió votar al MPN a quienes "no quieren un gobierno K". Al filo de la veda, el dirigente con llegada al corazón del poder nacional explicitó la postura de la Casa Rosada.
La armada electoral de Macri se conmovió con el posicionamiento amenazante del kirchnerismo en Neuquén. Y de inmediato reformuló las prioridades del plan para las primeras elecciones provinciales. Impedir la victoria de Ramón Rioseco, el candidato de Cristina Fernández, se transformó en la premisa excluyente.
Hace años trabajo para un cambio en Neuquén, pero un gobierno de Rioseco sería un retroceso enorme. Es momento de que TODOS seamos muy resposables...sobre todo los dirigentes políticos.
— Leandro Lopez (@lopezleandrog) 7 de marzo de 2019
Les pido a los neuquinos hacer un voto racional y útil. Si no queremos que ganen los K, hay que evitar votar a opciones que no tengan chances de ganarle a Rioseco.
— Leandro Lopez (@lopezleandrog) 7 de marzo de 2019
López no hizo más que blanquear la estrategia desplegada en las sombras por la Rosada.
Quiroga fue la primera víctima. El macrismo, con encuestas en la mano, consideró que Gutiérrez tenía más chances. Y le apostó a su reelección como instrumento para bloquear al kirchnerismo.
La estrategia de la Casa Rosada se instrumentó de forma solapada. No hubo una manifestación explícita del presidente ni de su círculo a favor del MPN. Tampoco le negó el gobierno a Quiroga algunas fotos de campaña con referentes nacionales del Pro. Eso sí, ninguno de los hombres del Presidente adhirió al discurso rabioso de Pechi contra el MPN. Todos se cuidaron de no dañar a Gutiérrez con sus acciones y pronunciamientos.
Si gana Gutiérrez, Macri no pierde, razona el comando de la campaña por la reelección del presidente. Ese resultado, además, sería un dique de contención para la avanzada de un frente entre kirchneristas y peronistas a nivel nacional.
A la par de esos réditos, la suerte electoral de Quiroga es un dato anecdótico para los estrategas del macrismo. Y, después de todo, con Gutiérrez la Casa Rosada selló una alianza que funcionó sin grandes conflictos desde diciembre de 2015. Con Quiroga debería empezar desde cero.