El índice de pobreza medido por el INDEC según el cálculo de los ingresos de los hogares para cubrir la canasta básica indica que en el segundo semestre de 2023 el 35,1% de los hogares de Mendoza quedaron por debajo de la línea de pobreza. Cerca de 60.000 mendocinos cayeron por debajo de la línea de pobreza en esos seis meses.
En el segundo semestre de 2022, el INDEC informó que 435.458 personas eran indigentes, mientras que 73.586 vivían en la indigencia. En el segundo semestre de 2023, en tanto, pasaron a ser 493.955 los pobres (58.497 mendocinos más) y 146.277 pasaron a la indigencia (se incrementó en 72.691 la cantidad de personas bajo esta condición).
Se trata sin embargo de una foto vieja que no cuenta los feroces aumentos en alimentos y otros bienes de los últimos tres meses. Además que no cuenta el valor de los alquileres, con lo cual el medio millón de pobres es un universo sólo ilustrativo, que no incluye las miles de familias sumidas en la desgracia del inquilinato.
Son los peores índices de la región cuyana según el cuadro comparativo a continuación:
El dato debe ser leído linkeado con el costo de bienes que se necesitan en Mendoza para no ser pobre. Al inicio del segundo semestre una familia de dos adultos y dos niños que no paga alquiler necesitaba 232.078 pesos para no ser pobre, mientras que para no ser indigente (es decir sólo para los alimentos básicos) se requerían 93.958 pesos.
En el último mes del año el costo de los bienes básicos para no caer en la pobreza era más del doble que en julio: una familia de dos adultos y dos niños necesitó en diciembre 469.081 pesos. Para no ser indigente, en tanto se requería casi 200.000 pesos. Estos costos, comparados con un año atrás en el mismo mes eran cuatro veces mayores,
Cómo se mide la pobreza
Hay 2 formas de medir la pobreza en la Argentina. La más conocida, que el INDEC informa cada 6 meses (es el caso de este informe), calcula si los ingresos de los hogares son suficientes para solventar los gastos básicos.
Por un lado, se determina si los ingresos de una familia son suficientes para costear una canasta básica de alimentos (CBA), que contiene ciertos nutrientes que tienen por objetivo cubrir un umbral mínimo de necesidades energéticas. A esto se denomina “línea de indigencia”.
Por otro lado, se agrega a estos gastos básicos otras necesidades no alimentarias como la vivienda, la educación, la salud o el transporte. A esto se denomina canasta básica total (CBT) y determina la “línea de pobreza”. Sin embargo, este cálculo no incluye el costo del alquiler.
En tanto, en cada censo poblacional -es decir, cada 10 años- se difunde la pobreza multidimensional, que contiene datos complementarios a los monetarios, como el acceso a la educación, a la salud y a la vivienda, entre otros.