¡Ey, devuelvan la plata! o dibujen de nuevo a la Parca

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Dibujantes del mundo, ésta es una factura a su labor. En los siglos de los siglos que llevan retratando e imaginando a la señora muerte, ninguno le ha hecho justeza a su doble trabajo. En una de sus manos, lo sabemos todos, ella sostiene el palo de la guadaña. Pero con la otra, queridos y talentosos dibujantes, maneja las marionetas de los periodistas, que en eso se convierten cuando mandan al clóset a la razón. Y nadie la ha dibujado así.

La muerte tiene, pues, faena a dos manos: ir sesgando vidas a troche y moche, y prestidigitar a algunos trabajadores de prensa que suspenden el pensamiento cuando les toca hablar de eso, la muerte. El resultado es un doble espectáculo por el cual ella, tan generosa, ni siquiera pasa la gorra.

No hay que esperar años como al cometa Halley para ver semejante show. La última vez que la Parca montó el doblete en el escenario periodístico, si se permite semejante licencia, fue el martes del deceso trágico de Laura Ferreyra, quien iba en su Ford Escort por la ruta 40 y un misil con forma de moto a 150 kilómetros por hora se atravesó en su camino. Iba al mando de la moto un conocido empresario, Armando Genco, quien también murió.

"Suspendido hasta próximo aviso", colgaron cartelito muchos cerebros -no todos pero demasiados- ante el fallecimiento de estas dos personas en la ruta. Ni sensatez, ni piedad, ni reflexión, ni sentimientos. Todos los girasoles viraron sus pétalos hacia la luz del empresario y se largaron a titular.

Leímos cosas como "ya comenzó el funeral de Armando Genco", como si alguien necesitara un minuto a minuto de la noticia, y hasta un video de la llegada del cajón a la sede de la concesionaria, con el correspondiente zoom al féretro. Tuvieron tiempo de ir, de filmar, de volver a la redacción, pudieron pensar -tuvieron tiempo- en la utilidad de esa filmación. 24 horas después hubo espacio para derrapar todavía más: "Una moto así manejaba Genco cuando se mató", vomitó un portal, en un combo extra brut de morbo y propaganda.

Ni sensatez, ni piedad, ni reflexión, ni sentimientos.

Hagamos ahora el juego de las diferencias y volvamos a la escuela todos juntos con el maestro Walter Martínez, conductor de Dossier, de Venezolana Televisión, que retrasmite Telesurtv.net

Teniendo frente a sí, en vivo en la televisión -por las dudas insistimos: con mucho menos chances de repensar sobre la marcha- al médico palestino Izzeldin Abuelaish, candidato a Premio Nobel de la Paz, quien contó entre sollozos cómo ante sus ojos tres de sus hijas fueron despedazadas por bombas israelíes, Martínez llevó adelante una entrevista sensata, piadosa con su invitado, reflexiva y sentida, hasta las lágrimas.

Primera parte

Segunda parte

Gabriela Valdés

@gabivaldes

 

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