La grieta en el empresariado del vino se abrió en torno al pacto arancelario Mecosur - Unión Europea. Los exportadores quedaron enfrentados con los abastecedores del mercado local. Unos quieren el acuerdo ya, los otros advierten que esa vía sería su perdición.
La confrontación amenaza con fracturar la convivencia entre ambos sectores de negocios que presentaba la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), que integra a los bodegueros con el Estado con fines de lobby.
Bodegas de Argentina, que interpreta a los exportadores, salió a pedir que se apure la firme del tratado con Europa.
A la vez, la Coviar expresó las preocupaciones que genera la apertura del mercado nacional a los vinos europeos. Consideró la entidad que el vino ajeno está subsidiado.
El acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea fue acelerado por el brasileño Jair Bolsonaro con apoyo del presidente Mauricio Macri. En todas las denominadas economías regionales cuestionan algunos aspectos del pacto arancelario.
El presidente de la Cámara de Bodegueros de San Juan, Mario Pulenta, se refirió a la confrontación, citado por el Diario de Cuyo, en la que su entidad se encolumna con Bodegas de Argentina. "No lo sé, espero, que no, que esto se solucione", contestó cuando le preguntaron si provocará la fractura de Coviar la confrontación por la apertura aduanera.
"Son diferencias que hay que ver cómo se comunican, porque en definitiva la Coviar siempre actúa con consenso, y en esto; no hay consenso", facturó al ala opositora al acuerdo arancelario de la Corporación.
El periodista Jairo Straccia entró en los detalles del despliegue de uno y otro sector por imponer su voluntad.
La guerra tiene como cabecillas de los sectores al Grupo Peñaflor, que concentra el 30 por ciento de las exportaciones argentinas de vinos, y Fecovita, la federación de cooperativas mendocina que controla una porción importante del mercado nacional, con el vino Toro como insignia.
