Fueron reprimidos y desalojados por el exintendente Luis Lobos (PJ), fueron reprimidos y desalojados por el actual intendente Marcelino Iglesias (UCR-Cambia Mendoza). Las familias que viven de la Feria Popular de Guaymallén tienen una historia de persecución tan larga y duradera como su resistencia, que lleva más de 30 años.
Una de las formas de esa persecución es enviar pelotones de inspectores municipales como si fueran dueños de locales de un shopping a quienes poseen un puesto en una feria popular. Y exigirles un papeleo propio de la economía formal a quienes acudieron a la feria como una tabla de salvación después de haber perdido su empleo o de trabajar a destajo y mal pagos en la cosecha.
Días atrás recibieron una nueva intimación de la Municipalidad de Guaymallén.
Fue después d que se inundara el predio que alquilan en las canchas del club Platense con las constantes lluvias de marzo. Los puesteros sacaron sus toldos a las veredas para poder seguir buscando su diaria subsistencia. Entonces los inspectores municipales los intimaron a volver al predio inundado.
"Hace dos meses nos llegó una notificación para iniciar la factibilidad del predio pero la rechazamos porque consideramos que no somos comerciantes. Ellos nos encuadran como comerciantes cuando somos trabajadores de la economía social y solidaria", resumió a EXPLÍCITO Stella Fernández, una de las feriantes.
"Tenemos también una historia cultural porque trabajan en la feria y viven en la zona muchos bolivianos y gente del norte que está muy familiarizada con las ferias", agregó.
Una ordenanza vetada por Iglesias
Las cíclicas intimaciones a los feriantes comenzaron cuando Marcelino Iglesias vetó una ordenanza aprobada por unanimidad -es decir votada por sus propios concejales- para encuadrar a las ferias populares en espacios públicos. La odenanza fue aprobada en diciembre de 2016 y vetada en enero de 2017.
"El municipio nos coloca en la ilegalidad al vetar una ordenanza -remarcó Fernández-. En la concepción de las distintas intendencias no entra en la cabeza las ferias populares. Si nunca te faltó un pato de comida, si no tenés que salir todos los días a buscar cosas para reciclar y vender no podés entender lo que significa la feria".
Recicladores, cocineras, desempleados
En la Feria Popular de Guaymallén trabajan 80% de recicladores, arregladores que buscan por la calle, recogen cosas, las arreglan, las reciclan y las venden a bajo precio. Otro gran porcentaje son mujeres que ofrecen en los puestos comidas típicas. Muchos otros ofrecen ropa de segunda mano.
"La feria es la historia de todo lo que ha pasado en nuestro país desde la dictadura. Hay compañeros que hacen feria desde hace más de 35 años, que trabajaban en la viña o en la cosecha de la fruta, en empacadoras, que son trabajos muy mal pagos. En los finales de los 80, con la hiperinflación los hombres se ponían en las veredas as vender herramientas usadas. En el 2003 2004 también había muchos feriantes que se habían quedado sin trabajo", resume Fernández.
La nueva orden de la comuna que comanda Iglesias es que realicen un estudio de factibilidad del predio, que alquilan al club. La municipalidad reconoce que los feriantes tuvieron que instalarse en las veredas por las lluvias, pero aún así los intima "con un plazo de 5 días" a someterse a las generales de la ley para cualquier comerciante.