El multimillonario inició un circo mediático revelando una persecución, todo lo cual quizás sea una secuela de la paranoia provocada por su consumo de sales de baño.
Después de crear un ciberimperio con los antivirus que llevan su nombre, John McAfeee se encuentra en una pronunciada espiral descendente, al punto de que está detenido por asesinato en Bélice y varios periodistas se preguntan si está completamente loco. Su caso, dentro de lo extraño, es fascinante.
John McAfee trabajó para la NASA y para la industria militar estadounidense (Lockheed) antes de fundar su compañía de software antivirus, la primera en distribuirlo a través de un modelo de shareware. De una fortuna que llegó a superar los 100 millones de dólares, en el 2009, según le dijo al New York Times, se había encogido a sólo 4 millones de dólares, al praecer por crasos errores invirtiendo –y es que McAfee ya había iniciado su comportamiento errático–, aunque él mismo luego dijo que el estimado no era muy preciso, quizás una táctica para despistar a las autoridades. En el 2010 se mudó a Belice, buscando exenciones fiscales, seguir dando clases y escribiendo sobre yoga y desarrollar ahí su nueva compañía de antibióticos naturales basados en el quorum sensing.
El 11 de noviembre, el vecino de McAfee, Gregory Faull, fue encontrado muerto con un disparo de escopeta en la cabeza. Aunque la policía no lo había nombrado como sospechoso –McAfee se dio a la fuga de manera un tanto incriminante. O brillante, según algunos, contra el silencio que los abogados recomiendan, McAfee inició una especie de frenesí mediático dentro de su ocultamiento. Empezó a llamar a los medios de Estados Unidos para contarles su historia, inició un blog y un constante posteo en Twitter. Incluso invitó a dos reporteros de Vice a que lo acompañaran en su escondite.
McAfee habría podido regresar a su país, ya que el tratado de extradición con Belice está concebido para narcotraficantes y generalmente en la dirección inversa. Pero también es cierto que en Estados Unidos lo aguardan algunos asuntos legales, incluyendo uno por asesinato involuntario.McAfee decidió merodear por Belice haciendo una colorida y vehemente campaña en contra del gobierno de ese país caribeño. McAfee jugó a la desinformación: dijo a Wired que había estado econdiéndose en su vecindad bajo múltiples disfraces, gritando groserías sin ser reconocido. Dijo que eludió a la policía escondiéndose con un cartón en la cabeza y enterrándose en la arena de la playa. Y, por supuesto, ventiló la teoría de la conspiración de que las autoridades de Belice han elucubrado un plan para destruirlo. Días antes había sido retratado sonriente con la policía, después de que donará algunas armas a las fuerzas locales.
Este circo mediático culminó cuando uno de los periodistas de la revista Vice reveló su locación, ya en Guatemala, publicando una foto con su ubicación en la metadata. El miércoles la policía de Guatemala lo detuvo y el jueves fue llevado a un hospital Guatemala le ha negado asilo y deberá regresar a Belice. Por el momento no se ha formulado acusación; la policía de Belice tiene la facultad de detenerlo 48 hora sin acusarlo. El abogado de McAfee ha dicho que teme por su vida si regresa a Belice. El Primer Ministro de Belice, mientras tanto, ha puesto en entredicho su salud mental.
Jeff Wise, de la revista Slate, se pregunta si McAffe ha perdido la cabeza. Este periodista quien tuvo la oportunidad de convivir con McAfee elogia su inteligencia pero cuestiona si sigue ahí. Hay evidencia de que McAfee estaba consumiendo sales de baño (metilendioxipirovalerona) una droga que ha sido relacionada con episodios de violencia (y nudismo). Esta sustancia parece provocar furores (o vapores) paranoicos, ¿acaso McAfee presa de un delirio de sales de baño especialmente intenso asesinó a su vecino, con el que ya había tenido problemas? Y si lo hizo, ¿tuvo presencia mental para limpiar las pistas?
McAfee había estado posteando en el foro de usuarios de sustancias psicoactivas BlueLight sus intentos de purificar las sales de baño, MDVP, la que consideraba la mejor droga, “no sólo por su hipersexualidad, sino también por el suave y eufórico descenso”. Aunque también advertía sobre las alucinaciones que podía provocar un compuesto no muy limpio. Y recomendaba tomar la droga vía anal.
Según reporta Gizmodo, McAfee había estado experimentando en la selva de Belice con la extracción de drogas psicoactivas de plantas locales, especialmente interesado en aislar propuedas que pudieran suscitar conductas sexuales en mujeres. Jeff Wise recuerda a McAfee en su casa en Estados Unidos con un sequito de admiradores y jóvenes prostitutas. Su novia es 49 años más chica que él. Pero según Wise esta admiración que le rodeaba ha declinado y sus amigos reportan que algo le ha venido pasando, oscureciendo su talante. Tal vez sea la paranoia de las drogas, o algo más raro aún. Habrá que ver si el destino de McAfee es la cárcel, una institución mental o si logra, en un acto de brillantez dentro de la confusión, salirse con la suya.
Fuente: Pijamasurf.com