El asesinato de Amadeo Sánchez Andía, estudiante que llegó a Mendoza desde Perú, y la desaparición de siete estudiantes de la antigua Escuela de Periodismo -se ubicaba sobre calle Belgrano, de Ciudad- fueron recordados en el megajuicio a jueces, militares y policías de Mendoza acusados de ser cómplices y ejecutores de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura.
Entre los que brindaron su testimonio estuvieron el exdirector de ese establecimiento, Daniel Prieto, Horacio Moretti, hermano de Raquel, desaparecida, ex estudiante de esa institución y el presentador de noticias Ricardo Mur.
Raquel Moretti quería ser periodista
Raquel Moretti, una de las 7 personas desaparecidas que estudiaban en la Escuela Superior de Periodismo, fue vista por última vez por su familia entre agosto y septiembre de 1976. Así lo refirió su hermano mayor, Horacio Enrique, quien aclaró que conocía poco de la militancia de Raquel.
El testigo contó que un día de los meses mencionados, él y su padre llevaron a Raquel hasta la Sexta Sección y la dejaron en una plaza. Para tranquilizarlos, ella les señaló que iba contactarse con Aldo Casadidio, otro estudiante de periodismo desaparecido. Luego, sólo mantuvieron algún contacto telefónico que, para noviembre de 1976, abruptamente se cortó.
Horacio Moretti destacó que, desde entonces, sus padres iniciaron una búsqueda vana ya que nunca la familia recibió una comunicación oficial de ninguna autoridad acerca de si Raquel estaba detenida o había muerto. Tampoco lograron respuesta de la Justicia pese a las presentaciones de Habeas Corpus.
El ex director de la escuela también dio testimonio
A través del testimonio de Daniel Prieto pudo conocerse con más detalles la historia de la Escuela Superior de Comunicación Colectiva, desde su apertura en el año 1963, hasta su desaparición en 1976.
Prieto fue impulsor de una renovación completa de los planes de estudio, propulsando asimismo el alcance que podía tener entonces una carrera de Periodismo hacia el de una de Comunicación Social. Al respecto dijo: “Pensamos en un sistema que podía, sin abandonar los medios masivos, acompañar la formación de egresados que pudieran trabajar en comunicación universitaria o bien comunitaria”.
"Acaso por esta razón, la Escuela despertó la atención y el interés de tantos estudiantes inquietos, comprometidos políticamente, quienes, sin dudas encontraron, además de un ámbito curricular innovador, un espacio vital para la militancia. Baste recordar que allí Edesio Villegas formó parte del Centro de Estudiantes junto a Billy Lee Hunt, Raquel Moretti, Virginia Suárez, Aldo Casadidio, Amadeo Sánchez Andía (asesinado), Raúl Reta, todos con militancia política en Montoneros y el Partido Revolucionario de los trabajadores, la mayoría desaparecidos/as", reseña al respecto el sitio juiciosmendoza.blogspot.com.ar.
Prieto recordó que en el ´74 los estudiantes llevaron adelante una emblemática lucha en solicitud de un mayor presupuesto y la posibilidad de ingresar a la Universidad Nacional de Cuyo. De igual modo recordó otro momento muy significativo para la Escuela cuando en octubre del ´73 llegaron a Mendoza jóvenes que venían huyendo del golpe militar en Chile.
“La escuela incorporó a muchos estudiantes, porque si uno no tenía dónde figurar como estudiante lo podían mandar de vuelta. Entonces incorporamos gente que trajo una mirada muy interesante y hubo un intercambio muy rico al interior de la Escuela”.
Asimismo rememoró cuando en noviembre del ´74 se hizo cargo de la Dirección de Escuelas el profesor Dardo Olguín, quien en un principio le advirtió que “la cosa no viene bien” y ya en abril del ´75 le manifestó que “no podía asegurar la seguridad de la Escuela si no renunciaba”.
Por este motivo siguió dictando clase como profesor y llegó el periodista Edmundo Tomei como interventor. Además, recordó que en junio asesinaron a Amadeo Sánchez Andía, y entonces el clima se volvió absolutamente enrarecido. Finalmente relató la desaparición final de la Escuela de Comunicación: “La Escuela fue transferida a la Universidad Maza y ahí terminó el programa que habíamos trabajado. La Escuela dejó de funcionar como tal”.
La declaración de Ricardo Mur
Ricardo Mur fue también estudiante de la Escuela Superior de Periodismo y compañero de militancia de muchos de los desaparecidos de ese establecimiento. Recordó a Daniel Moyano y a Virginia Suárez a quienes consideró como sus “hermanos de la vida” y rememoró que a Virginia una vez la acompañó hasta cerca de su casa en el puente Baigorria de Godoy Cruz y charló largamente con ella. “Fue la última vez que la vi”, expresó conmovido.
Mur aseguró en el juicio que fue militante del Peronismo de Base y luego del FAS (Frente Antiimperialista por el Socialismo). El testimonio del periodista coincidió con el de Daniel Prieto en el sentido de destacar el alto compromiso de militancia de los estudiantes de periodismo que se reflejó en la activa participación de grupos de distintas extracciones como las que él integró además del PRT y el PC.
Entre los episodios más importantes que recordó, Mur señaló el fuerte golpe que significó para toda la Escuela tomar conocimiento del asesinato del estudiante peruano Amadeo Sánchez Andía. “Era un compañero muy querido”, dijo el testigo. Sánchez Andía sufrió un accidente de tránsito en la zona Este y fue internado en el hospital de San Martín. Desde allí lo sacaron con la excusa de un traslado y poco después fue fusilado.
La familia Guevara
Declaró, como testigo de contexto María Angélica Escayola de Guevara, quien aportó datos sobre el accionar del aparato represivo que operó en Mendoza en los años previos al golpe cívico militar, incluso hasta el retorno de la democracia.
Escayola hizo referencia a diferentes hechos ocurridos desde el año 1971 donde actuó como profesional en la presentación de habeas corpus para sindicalistas, gremialistas y estudiantes que participaron en el Mendozazo. Incluso, en 1972 denunció tortura por parte de agentes policiales hacia jóvenes detenidos en el Palacio Policial.
Este accionar lo compartió con otros abogados que oficiaron el derecho de presos políticos, y por lo cual fueron detenidos, entre ellos, López Jordán Bustelo y su esposo, el abogado penalista, Alfredo Guevara. “Hubo una gran cantidad de persecuciones a estudiantes, dirigentes barriales y sindicales sobre los que intervinimos de una u otra forma”, expresó la abogada, y recordó que el grupo de profesionales sufrió amenazas y ataques con explosivos en sucesivas ocasiones.
Con respecto a la detención de su esposo, ocurrida el 5 de marzo de 1975, manifestó haber solicitado un habeas corpus que fue apelado por la fiscalía. Tras una espera de sesenta días, consiguió el permiso para salir del país. De esta manera, Guevara y Escayola se exiliaron a Perú y luego a México, para regresar al país en abril de 1984.
Fuente: Juiciosmendoza.blogspot.com.ar/Ministerio de Desarrollo Social