Por Claudio D. Minghetti
Enviado especial de Télam
El Festival de Cannes sorprendió con la última película de los hermanos Ethan y Joel Coen "Inside Llewyn Davis", que se proyectó en la competencia oficial, con la presencia de los cineastas y sus figuras centrales, Oscar Isaac, Carey Mulligan, Garret Hedlund y Justin Timberlake.
“En realidad la película no tiene trama, ni una verdadera intriga, por eso incluimos el gato. Sí, ¡la película gira en torno al gato!!”, dijo Ethan Coen en una rueda de prensa que se caracterizó tanto por las bromas de los cineastas como de Justin Timberlake.
El cantante y actor dijo acerca del personaje que en el filme compone Oscar Isaac que “hay muchas personas talentosas a las que nadie escucha. La suerte puede impulsar la carrera de cualquiera. Lo más importante es no dejarse acorralar por aquello que nos impide expresarnos”.
El filme de los Coen, artistas mimados por el festival desde sus comienzos con "Simplemente sangre" hace casi tres décadas toma una semana en la vida de un cantante de folk estadounidense que se inicia en el recorrido de lugares donde presentar sus temas después de haber integrado un grupo.
Es la década del 60, donde todavía hay muchos esquemas por romper y cuando todavía la mecánica de la música no masiva, seguía teniendo los cánones de mediados del siglo XX, es decir, un crecimiento sujeto al talento y a la suerte, de poder hacer los temas en ese momento y lugar donde pegar el salto.
En el Greenwich Village neoyorquino, Llewyn Davis es un joven tranquilo que ya carga una pequeña historia en su mochila, de amores y canciones, de un hijo a lo lejos, de deambular de aquí para allí con un tono desafiante para nada condescendiente, seguro que el de otros jóvenes como él que lograrían lo que buscaban a poco de iniciar el camino.
Es que Llewyn Davis, como esas criaturas tan amadas por los hermanos Coen, es un perdedor, un "looser" querible, que hace lo que quiere, se inquieta cuando se detiene, salta ventanas, corre al gato de un conocido por la calle creyendo que podrá recuperarlo, discute con otra gente, y sueña con que un día un gran productor le sonría y le diga "eso es lo que estaba buscando”. Pero no, eso al menos sen esa semana no ocurre.
Llewyn Davis es un solitario empedernido, a veces patético, a veces querible, y otras simplemente alguien que quiere sobrevivir sin transar en un mundo donde casi todos lo hacen sin culpa alguna.
Los Coen consiguen con una producción sencilla, que sin embargo exigió una reconstruccción de época obsesiva, emocionar no solo a los amantes de este género musical, sino también al que gusta de las recreaciones temporales con desafiante sensibilidad, creatividad y perfección.
La propuesta es de una sencillez abrumadora, sin embargo tiene mucha originalidad, memorables actuaciones y una banda de sonido que sorprende y mucho, con muchos redescubrimientos incluso esos temas que el protagonista considera como ridículos.
La historia está basada en los relatos del auténtico Dave Von Ronk, que en la década del 60, cuando tenía 25 años, fue conocido en el Greenwich Village como Major of McDougall Street y fue inspirador, entre otros, de Bob Dylan y Tom Paxton, Phil Ochs y Joni Mitchell.