No hay político que despeerdicie la oportunidad de sacarse una foto con la copia tamaño natural de quien le aconsejara a Mitre "no ahorrar sangre de gaucho".
La estatua de Domingo Faustino Sarmiento ubicada en su casa natal en San Juan fue atacada en la noche del sábado: el libro que reposaba en sus manos fue arrancado de cuajo y sus dedos quedaron en el aire, hecho que causó el repudio de los referentes del Ministerio de Cultura de esa provincia.
La estatua, de tamaño real, es centro de visitas de sanjuaninos y turistas y se inauguró con el fin de conmemorar el 202 aniversario del natalicio de Domingo Faustino Sarmiento, en la puerta de la Casa Natal del prócer, donde se ensalzan las virtudes del sanjuanino.
El busto del sanjuanino fue realizado por el escultor Fernando Roberto Pugliese, tiene tamaño natural y sigue la línea del hiperrealismo.
La estatua, está construida en fibra de vidrio y epoxi, tallada y policromada; y está expuesta al aire libre, por lo que desde su inauguración, en febrero pasado, se convirtió en un atractivo más para los turistas y por supuesto la parada obligada del proselitismo político para sacarse una foto con uno de los próceres con más pátina de heroismo en los manuales escolares pero a la vez uno de los más expuestos bajo la lupa por los revisionistas de la historia.
La agresión a la estatua tuvo gran repercusión en las redes sociales de esa provincia. En los posteos muchos comparan su popularidad con la de la simpática estatua de Mafalda erigida en el centro porteño y exigen a las autoridades una investigación del caso que permita dar con los autores del ataque.
