La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, confirmó la restitución del nieto 106 nacido el 13 de abril de 1978 y secuestrado el 14 de mayo de ese mismo año junto a sus padres, Ricardo Gaona Paiva y de María Rosa Miranda.
Durante el anuncio, Carlotto contó que Pablo "fue entregado por un coronel retirado, quien fue nombrado como su padrino tras entregarle el niño a un primo". En 2001, Gaona Miranda comenzo a sospechar de su identidad, pero en 2008 manifestó sus dudas a la mujer que lo crió, quien le confirmó que era hijo de desaparecidos. "Pablo se animó hace un mes a conocer su verdadera identidad y a encontrarse con una abuela que siemrpe lo esperó", relató la titular de Abuelas.
En el comunicado de prensa, las "Abuelas de Plaza de Mayo anuncia con inmensa alegría la restitución de la identidad de Pablo Javier Gaona Miranda, otro de nuestros nietos robados por el terrorismo de Estado, secuestrado junto con sus padres el 14 de mayo de 1978 cuando tenía solamente un mes de vida."
"El 29 de junio último, Pablo Javier se acercó a Abuelas con dudas sobre su origen y fue recibido en el área de Presentación Espontánea de nuestra Asociación. Frente a los indicios de que podría tratarse de uno de nuestros nietos, fue derivado de inmediato a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para que se le realizara el correspondiente examen de ADN", explica el texto.
Por lo que confirma que "los resultados del análisis efectuado en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) acreditaron su verdadera filiación y hoy, después de 34 años, finalmente fue liberado de la mentira."
Ricardo consiguió trabajo como portero de un edificio en el centro porteño y allí se mudaron con María Rosa, que pronto quedó embarazada. El 13 de abril de 1978 en el Hospital Rivadavia nació Pablo Javier. María Rosa Miranda también era militante del ERP. Nacida en la provincia de Tucumán el 10 de noviembre de 1949, sus amigos le decían "Mery". En la militancia a ella los compañeros la llamaban "Silvia" y a él "Jorge" o "Paraguayo".
El 14 de mayo de 1978 la familia salió de su domicilio en la ciudad de Buenos Aires y se dirigió a Villa Martelli, a la casa de los padres de Ricardo, en donde se reunieron para celebrar el aniversario de la independencia de Paraguay. Se despidieron y nunca más se supo de ellos.
Por último, las Abuelas resaltaron luego de cumplirse 35 años de búsqueda,"la lucha sigue siendo tan desesperada como al principio; con el agravante de que el tiempo se nos acaba pero el recambio generacional está asegurado". Y remarcaron la importancia de que "la justicia haya demostrado que los nietos fueron víctimas de un Plan sistemático de robo de bebés, que fue posible por los militares pero también por la anuencia de la sociedad, que hoy nos acompaña y nos puede ayudar a encontrar a los nietos que faltan".
Fuente: Página 12