
La promesa de “modernizar el empleo” mientas se destruyen miles de puestos de trabajo se convirtió en bandera del gobierno libertario, que junto a sus socios provinciales impulsa una reforma laboral con fuerte sesgo flexibilizador. Javier Milei encontró para eso la militancia activa de Luis Petri, quien se autodefine como "soldado" del libertario, y Alfredo Cornejo, autopostulado garante político del plan y ahora socio lectoral.
La degradación de los estatales es una constante del cornejismo, desde lo salarial al empeoramiento de las condiciones laborales
El proyecto propone eliminar indemnizaciones, extender jornadas laborales y fragmentar derechos colectivos. En Mendoza, el oficialismo ya dio el primer paso: reformó el Estatuto del Empleado Público, pulverizando la estabilidad y la antigüedad. Tanto Petri como Milei militaron en las ultimas dos semanas en entrevistas y foros empresariales la "necesaria" reforma y en ese sentido pidieron el voto para que un congreso con más bancas violetas la ejecute.
El anticipo de lo que vendría lo dio Luis Caputo en el Coloquio IDEA, frente a un auditorio empresarial que reclama menos impuestos y mayor libertad para contratar. Allí estuvo Cornejo, quien llevaba como ofrenda una reforma laboral propia: la del Estatuto del Empleado Público. La modificación del estatuto estatal en Mendoza incluyó la reconfiguración de indemnizaciones y la pulverización de la estabilidad, que se sumaron a la incorporación de salarios por productividad.
¿Qué propone el borrador libertario?
Según borradores de la reforma que circulan en pasillos gremiales y declaraciones del secretario de Trabajo, Julio Cordero, el borrador incluye:
- Fin de la ultraactividad de los convenios colectivos, lo que permitiría su caducidad sin reemplazo.
- Prioridad a convenios por empresa y regionalización salarial.
- Eliminación de indemnizaciones por despido, reemplazadas por un fondo de cese laboral.
- Banco de horas para compensar trabajo extra sin pago adicional.
- Contratos individuales en cualquier moneda, incluso dólares.
- Vacaciones fragmentadas y definidas por el empleador.
Una de las propuestas más polémicas fue deslizada por el empresario Martín Varsavsky, cercano a Milei, quien sugirió jornadas laborales de hasta 13 horas, inspiradas en el modelo griego. Aunque aclaró que sería aplicable solo 37 días al año, el gesto fue interpretado como una señal ideológica: priorizar la productividad por sobre la protección social.
Gremios, organismos y alertas internacionales
La CGT y otros sindicatos califican la reforma como una regresión histórica. Un informe técnico citado por Mundo Gremial, basado en estudios de la OIT, OCDE, CEPAL y el Banco Mundial, advierte que este tipo de reformas no garantizan empleo formal ni eficiencia. Por el contrario, aumentan la rotación, la informalidad y la desigualdad, debilitando la seguridad social y la demanda interna.
Entre los puntos más cuestionados figuran la descentralización de paritarias y la flexibilización de despidos, que erosionan el poder de negociación y provocan caídas reales de salarios.
Mendoza como laboratorio
Antes que la nacionalización de la reforma que militan con ahínco Petri y Cornejo, la reforma del Estatuto del Empleado Público en Mendoza legalizó la precarización.
Los cambios impulsados fueron denunciados por los gremios como una “reforma laboral encubierta”. El oficialismo la presenta como una modernización sin mayores costos, pero especialistas advierten que vulnera derechos adquiridos y podría ser inconstitucional. La conflictividad está en aumento y no se descartan medidas de fuerza.
Lo que viene
La reforma aún debe atravesar el Congreso, donde los libertarios necesitan blindar vetos o construir una coalición. El resultado de las legislativas será clave para definir si el proyecto avanza o se frena. Mientras tanto, sindicatos, académicos y organismos internacionales siguen de cerca un proceso que podría redefinir el mapa laboral argentino.