Racing tiró la Libertadores en Brasil contra el Atlético Mineiro. Había empatado sin goles en Avellaneda y fue derrotado 2 a 1 de visitante. Carlos y Lucas Patto marcaron para los clasificados, mientras Lisandro López hizo el empate parcial de la Academia.
[youtube]1cbzSY_7oK8[/youtube]Hasta los 15 minutos, el dominio fue de Mineiro. Y así llegó el primer gol. De allí en más Racing, empujado por la necesidad del empate se lanzó con mayor ímpetu en pos de su consigna inicial y rápidamente lo alcanzó con un penal que le cometieron a Lisandro López y él mismo se encargó de convertir en gol.
A partir de entonces Racing se terminó de convencer que Atlético Mineiro es un equipo cuando ataca y otro cuando defiende, por lo que siguió pugnando por la victoria pese a que la igualdad ya lo clasificaba.
Claro que para ello debía cumplir con dos pasos: el primero era la recuperación de la pelota para la que se desdoblaban en el esfuerzo Ezequiel Videla y Luciano Aued, y el segundo registraba el traslado penetrante por los costados de Ricardo Noir y Marcos Acuña, que también aportaban en el retroceso.
Lo que le faltaba a la 'Academia' era que Oscar Romero se convirtiera en el receptor del esfuerzo de sus mediocampistas y alimentara a un Lisandro López tan eficiente como solitario en ataque, que ante la oscuridad que albergaba la mente del paraguayo se las arreglaba en soledad para complicar a toda la defensa local.
Y tan bien lo hizo que hasta generó un par de ocasiones más entre el final del primer período y el comienzo del segundo como para dar vuelta el marcador.
Pero lo plausible de López y compañía fue que nunca se quedaron en lamentos y fueron por todo, siempre, sin especular nunca pese al escenario adverso y la aceptación de estar enfrentando a un buen equipo como el Mineiro.
Tanto fue así que Víctor se transformó en figura de su equipo con dos atajadas claves que despertaron en simultáneo la ovación de su parcialidad pero también le generó preocupación por el cariz que tomaba el desarrollo del encuentro.
Pero cuando mejor estaba Racing en la noche, muy cerca de una victoria que por leve margen, es cierto, pero merecía, cayó un centro en el área de Ibáñez que no atinó a salir, Leandro Grimi perdió en la disputa aérea con Pratto y el delantero argentino ídolo de la 'torcida' local castigó la red con un cabezazo certero.
El tanto golpeó por algunos minutos el ánimo racinguista y esto fue aprovechado por los brasileños para presionar y sacar un tiro penal tras una mano de Nicolás Sánchez (estaba de espaldas a la acción) del que se hizo cargo Pratto, pero las manos de Ibáñez le impidieron consumar la tarea de clavarle la banderilla mortal a los dirigidos por Facundo Sava.
Se fue entonces Racing con cuatro delanteros (López y los tres ingresados Diego Milito, que se despidió de la Libertadores para siempre, Gustavo Bou y Facundo Pereyra) en pos de un empate imprescindible, pero ya era tarde y no pudo ser. Inclusive Ibáñez terminó por consolidarse como una de las figuras de la jornada al taparle un magnífico mano a mano a Hiuri tras otra precisa habilitación de Pratto en un contraataque.
Y así se murió la ilusión de Racing en esta Copa Libertadores, como también le sucedió a Huracán en Colombia y un par de horas antes a River Plate en el Monumental.
Ahora solamente y hasta que jueguen este jueves, Boca Juniors y Rosario Central siguen en carrera de los seis argentinos que empezaron la competencia (San Lorenzo se quedó en la fase de grupos). Si ambos pasan, los 'xeneizes' se cruzarán con Nacional, de Montevideo, que sacó a Corinthians en Brasil tras empatar 2 a 2, y el 'çanalla' rivalizará con Atlético Nacional, de Meddlín, verdugo del 'Globo'.
"Perdimos por detalles mínimos, hicimos un esfuerzo grande, pero al final del camino ellos siguen y nosotros nos quedamos afuera, así que nos vamos con bronca e impotencia porque todo eso no sirvió de nada", cerró la noche 'académica' su mejor figura, 'Licha' López, con toda la razón del mundo.
"Sabíamos que la llave era difícil y salvo Deportivo Táchira, de Venezuela y Huracán, el resto de los que llegamos a octavos de final de esta Copa somos equipos grandes, así que todo es complicado, y justamente ahora se nos viene San Pablo, que tiene a un gran entrenador como Edgardo Bauza", reconoció por su parte el goleador local Pratto.
Y mientras ellos hablaban dentro del campo de juego, el casi millar de hinchas racinguistas que en el entretiempo habían sostenido una trifulca con la policía local se iban del estadio Independencia con la tristeza de la eliminación y el orgullo por la valentía exhibida por sus futbolistas en la cancha y su cuerpo técnico desde el banco por animarse a más sin importar donde.
Fuente: Télam