Un grupo de biólogos dice estar cerca de producir el primer pez genéticamente modificado para consumo humano. ¿Qué efecto tendrá en los ecosistemas del planeta?
La empresa estadounidense de biotecnología AquaBounty trabaja en Canadá en el cultivo de huevos de salmón del Atlántico genéticamente modificados.
Una vez que crezcan en tanques de agua en tierra firme ubicados muy lejos en Panamá, el salmón AquAdvantage lucirá como sus primos naturales, pero alcanzando el tamaño de adultos en la mitad del tiempo.
Agua Bounty ha estado trabajando durante los últimos 17 años para lograr el permiso con el fin de que lleguen a la mesa del comedor. Ahora está más cerca de lograrlo.
La oficina que regula el tema en EE.UU., la Agencia de Alimentos y Medicinas (FDA por sus siglas en inglés) apenas acaba de declarar que el salmón transgénico AquaAdvantage "no tiene un impacto significativo", lo que usualmente es el paso final para su aprobación.
Si esto ocurre, el salmón se convertirá en el primer animal genéticamente modificado (GM) que es aprobado para consumo humano.
Todavía queda un corto periodo para presentar objeciones, pero el doctor David Edwards de la Organización de la Industria Tecnológica está seguro de cuál será el resultado: "De mi lectura del informe parece que será aprobado".
El salmón AquaAdvantage criado de huevos provenientes del salmón del Atlántico, posee algunos genes extras del salmón Chinook del Pacífico y de la anguila marina. Todos estos genes hacen que el pez crezca más rápido.
Como todos los animales genéticamente modificados, hay preocupaciones. La Federación del Salmón del Atlántico, por ejemplo, teme que el pez pueda llegar a los mares, reproducirse y afectar el ecosistema.
De acuerdo a AquaBounty, los salmones modificados genéticamente son todos hembras, infértiles y criadas en instalaciones aisladas físicamente, por lo que es poco probable que el pez se reproduzca en su medio ambiente natural.
Mientras AquaBounty estaba esperando por la aprobación de la FDA, otros investigadores en otras partes del mundo han estado experimentando con genes animales para producir comida, medicinas, materiales, ganado mejorado o la creación de mascotas más atractivas.
Hace cuatro años, la FDA aprobó la primera medicina biológicamente humana producida de un animal transgénico, una cabra.
También hay vacas transgénicas con genes humanos que producen leche similar a la humana y cabras GM que producen una proteína en su leche que puede ser convertida en seda.
Peces fluorescentes
Uno de los animales que ya ha llegado a los hogares es el pez fluorescente.
Primero fue producido hace más de una década por científicos en Singapur y Taiwán. El plan era insertar un gen de fluorescencia natural de corales marinos en los embriones de los peces con el fin de que reaccionaran a la presencia de toxinas y así detectar la contaminación en las aguas.
Sin embargo, la empresa taiwanesa Taikong Corp vio su potencial de comercialización y comenzó a vender el pez mekoda fluorescente para acuarios. Taiwán fue el primer país en aprobar la venta de animales GM como mascotas.
Una empresa estadounidense se asoció con una de Singapur para comercializar el GloFish, que es básicamente un pez cebra fluorescente.
El fundador de la compañía, Alan Blake, afirma que el interés de parte de los consumidores fue inmenso.
"Los peces son vendidos en todas partes, la gente los ama. Ahora tenemos diferentes variedades: rojo, verde, naranja, azul, púrpura y además de los peces cebra, también vendemos tetras fluorescentes y peces tigre", asegura.
Pese a que estos peces ya fueron creados y comercializados ya hace algún tiempo, no se ha aprobado otra mascota genéticamente modificada.
"Hace diez años la gente decía que la venta de peces fluorescentes iba a abrir la puerta a quién sabe qué, pero no ha sido así", agrega Blake.
"Aquí estamos 10 años después y a pesar de que hay animales GM (incluidos gatos) con genes fluorescentes para usos médicos para detectar cáncer, no anticipo que veremos gatos, perros y otras mascotas fluorescentes o si la gente los querrá".
A pesar de que ha habido intentos para crear gatos hipoalergénicos, hasta ahora no hay pruebas de que las investigaciones hayan sido un éxito", apunta Blake.
Fuente: BBC Mundo