Seix Barral reeditó "Cuentos de los años felices", de Osvaldo Soriano

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Son escritos que conjugan parte de las coordenadas del universo del escritor marplatense: peronismo, historia del país, la nostalgia de la infancia, los viajes por la Argentina y la épica futbolera, con relatos personales que iluminan el entramado colectivo.

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Osvaldo Soriano por Rep, para Página 12.

Seix Barral reeditó "Cuentos de los años felices", de Osvaldo Soriano, escritos que conjugan parte de las coordenadas del universo del escritor marplatense: peronismo, historia del país, la nostalgia de la infancia, los viajes por la Argentina y la épica futbolera, con relatos personales que iluminan el entramado colectivo.

Este libro es parte de la Biblioteca Soriano, uno de los autores más leídos en el país, y traducido a 18 idiomas.

Publicado originalmente en 1993, Cuentos de los años felices —con la edición a cargo de Juan Forn y Ángel Berlanga Marín— está dividido en tres partes: "En el nombre del padre"; "Otra historia" y "Pensar con los pies" y son textos que aparecieron en el diario Página/12 durante las décadas de 1980 y 1990.

El recurso de la nostalgia —una pieza clave para disfrutar la ficción de Soriano— aparece reflejado en la figura de su padre, un empleado público y antiperonista acérrimo, que envuelve gran parte del imaginario de este libro y a quien el autor de "No habrá más penas ni olvidos" le dedicó un apartado.

"Empecé a escribir estos relatos sobre la infancia sin saber que mi padre iba a convertirse en el protagonista. (...) el primero fue sobre un viaje a la Patagonia que evoca la guerra de Malvinas. Lo publiqué en Página/12 y como a mis amigos les gustó y me lo hicieron saber, escribí varios más en los que indefectiblemente mi padre se impuso con las tristes y desopilantes experiencias que tuvo a su paso por este mundo".

San Martín, Belgrano y Moreno son otros de los personajes a los que Soriano aleja del aura Billiken de la enseñanza oficial para humanizarlos y convertirlos en personas frágiles, endeudadas, terrenales y vulnerables, tal como indica la segunda parte.

El primer gol y el primer amor como pasiones inclaudicables así como los relatos "El penal más largo del mundo", "Orlando el sucio", "El míster peregrino Fernández", "El hijo de Butch Cassidy" y "Final con rojos en Ushuaia" integran también esta obra que con una voz íntima y sonriente entrama felicidad, gloria futbolera, amores del pasado y la política.

Con estilo fluido, conmovedor, directo y eficaz, sin saltear el humor en la construcción de un mundo de perdedores sentimentales y errantes que asumen su condición como tales y se burlan de sus desventuras, este gran escritor nacido un 6 de enero de 1943 y que murió un 29 de enero de 1997 sigue aún con la vigencia de un clásico contemporáneo de la literatura argentina.

Fanático de San Lorenzo, noctámbulo, amante de los gatos, acompañado por un cigarrillo y sin estudios secundarios completos, el autor de Cuarteles de invierno y A sus plantas rendido un león comenzó a trabajar en periodismo (Primera Plana, Panorama, La Opinión) en la década del 60.

Exiliado en Europa durante la dictadura militar, retornó al país y acuñó una de las mejores frases sobre esos años oscuros: "Era mejor estar equivocado contra la dictadura que tener razón obedeciéndola". Por esa época, fue alma Mater del diario Página/12 en donde escribía la contratapa que el día de su muerte —tras un cáncer de pulmón— se tituló "Solos".

Nació en Mar del Plata, pero antes de recalar en Tandil, donde transcurrió gran parte de su adolescencia, pasó junto a su familia una infancia errante, deambulando por pueblos de provincia tras los destinos laborales de su padre.

Tal vez el nomadismo de su niñez fue decisivo para esa suerte de novela de carretera poblada de perdedores extraviados que recreó en Una sombra ya pronto serás (1992).

Soriano era un escritor al que no le interesaba el mundo de las letras, "si a mí nunca me interesó la literatura: yo siempre fui escritor". Será por esa poca convencionalidad que "recién a los 19 o 20 años" se sumergió en ese lenguaje, luego de dejar a un lado su carrera futbolística, para convertirse en uno de los narradores emblemáticos del país y un referente ineludible del post-boom latinoamericano.

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