Los trabajadores de la televisión y radio pública de Grecia mantendrán la toma de las instalaciones hasta que el gobierno dé marcha atrás en la decisión de cerrar el organismo estatal y despedir a sus 2500 empleados.
"Adentro del edificio estamos unas dos mil personas y no nos vamos a mover de aquí para impedir el cierre de la radio y la televisión estatal", declaró telefónicamente a Télam uno de los responsables técnicos de la emisora, Vasilis Dallas.
"Afuera, alrededor del edificio, hay entre cuatro mil y cinco mil personas que se solidarizan con nuestra lucha. Algunos son periodistas, pero muchos son jóvenes que también están en contra de estas medidas arbitrarias del gobierno", agregó.
Otros trabajadores de la emisora oficial explicaron que no se estaba transmitiendo nada a las pantallas y que sólo se alimentaba el sitio web con información (www.ert.gr). Además, los trabajadores de las televisiones privadas están haciendo paros en apoyo a sus colegas.
"Tenemos una gran solidaridad de parte de los colegas y también de la gente en general. En Grecia hay un gran descontento", señaló Dallas.
Los trabajadores del organismo estatal, junto con los de las televisoras y radios privadas, afirman que seguirán con las medidas de fuerza para evitar el cierre y los despidos.
"La decisión del gobierno no cuenta con la anuencia de todo los integrantes del gobierno. La tomó el grupo del primer ministro, Antonis Samarás, pero muchos de sus aliados no están de acuerdo", sostuvo Dallas. "Estamos esperando que resuelvan sus contradicciones", subrayó.
Una prueba de las diferencias dentro del Ejecutivo es, según Dallas, la escasa presencia policial en los alrededores de la emisora, cuya sede central está en Atenas.
"Por eso no tenemos ningún problema para el aprovisionamiento. La gente nos trae lo que necesitamos. Hay muy pocos policías cerca de la estación y no intervienen para nada. El gobierno está pensando qué hacer", concluyó.
Huelga general
Los dos principales sindicatos griegos convocaron una huelga de 24 horas para mañana, en respuesta a la decisión del gobierno de Antonis Samaras de cerrar la radio y televisión pública ERT.
La medida de fuerza, que incluye una manifestación ante la sede de la radiotelevisión ERT mañana a las 11 (6 de Argentina), fue convocada por las federaciones de sindicatos públicos (ADEDY) y privados (GSEE), que calificaron la decisión del gobierno como un "Golpe de Estado".
Las federaciones obreras denunciaron además en un comunicado conjunto "la persistencia del gobierno en tomar decisiones antidemocráticas extremas", según informó la agencia de noticias EFE.
ADEDY pidió igualmente a los funcionarios que participen en esta manifestación de repudio y denunció "la brutal muerte de ERT por un decreto legislativo cuyo objetivo es la supresión de organismos públicos y el despido de funcionarios" en el contexto de políticas de austeridad.
Está previsto que también los ministerios y otros edificios públicos permanezcan cerrados este jueves.
La medida se suma a la de la Asociación de Redactores de Periódicos de Atenas (ESIEA), que ya anunció una huelga indefinida hasta que el gobierno dé marcha atrás en su decisión.
El reclamo de los trabajadores de prensa griegos, paralelamente, tomó alcances internacionales y la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y la Federación Europea de Periodistas (FEP) pidieron la "anulación inmediata" de la "decisión sin precedentes" de cerrar la Televisión Pública Griega.
En un mensaje a los periodistas de la ERT, el presidente de la FIP, Jim Boumelha, expresó su "enfado" por el hecho de que los trabajadores y sus familias "paguen por la crisis" que ellos no crearon, de la que culpa a la "avaricia de banqueros, políticos y hombres de negocios".
La lógica del ajuste
El anuncio del cierre lo hizo el pasado martes el vocero del gobierno, Simos Kedikoglu, quien precisó que la TV pública dejaría de transmitir desde la medianoche del martes y que en su lugar se abrirá otro organismo con mucho menos personal.
Los despedidos de la Radio Television Griega (ERT) son parte de de lo exigido a Atenas por la troika -Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario (FMI)-, los acreedores internacionales que rescataron a los bancos griegos de la quiebra, según se ha denunciado reiteradamente.
A cambio, le exigieron salvajes ajustes, entre ellos, el despido de dos mil funcionarios o empleados públicos hasta finales de julio, sobre un total de 15.000 hasta finales del año próximo.
La Comisión Europea trató de restarle importancia a las acusaciones.
"La Comisión no pidió el cierre de ERT", indicó ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo el comisario de Economía del bloque, Olli Rehn, quien fue abucheado por algunos eurodiputados. Sin embargo, Rehn admitió que la UE no "cuestionará el mandato del gobierno griego para administrar el sector público".