Por Javier Polvani
Para Diario Extra
Alfredo Cornejo recibió los atributos del gobernador de manos de Francisco Pérez en una corta ceremonia sin palabras más que las escritas en los intolerables tomos de la teoría del protocolo y anexos organizativos, sólo para las fotos de las cámaras y las memorias de los pocos presentes en un salón de la Casa de Gobierno.
Pérez prefirió eso y no salir a la explanada a entregar la banda y el bastón ante los invitados de Cornejo y sus ministros, quienes juraron en la segunda instancia del acto de este miércoles de la Casa de Gobierno. El gobernador saliente se fue entre sollozos despedido por un puñado de colaboradores que le cantaron un tramo de la marcha peronista cuando llegó a la planta baja del Palacio de Gobierno. Iba con él Celina Sánchez, su mujer, pero también su socia política principal de los últimos dos años.
Después de la marcha y del abrazo sentido de sus allegados, salió por la puerta de la calle Peltier. Se fue manejando su auto. Ya había anunciado que iría a trabajar a la actividad privada o a una ONG. alejado de la política. Paradójicamente, sigue siendo el presidente del Partido Justicialista de Mendoza.
Cornejo después de acompañar en el descenso de unos pisos a Pérez, se reunió con sus ministros de modo informal y a la espera de que se completara el protocolo para ir a la jura ante los invitados y los partidarios que se convocaron un gran sector de sillas desplegado desde la bajada de las escalinatas hasta el final de la explanada.
Cornejo bajó las escaleras de la puerta principal de la Casa de Gobierno con dos emisarios de Mauricio Macri sentados en primera fila de los invitados, además de la Corte Suprema casi en pleno y demás funcionarios. El ministro del Interior de la Nación, Rogelio Frigerio, y el presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó trajeron apoyo discursivo para el mandatario flamante de Mendoza. Concretamente, el titular de Interior aseguró que habrá asistencia financiera para Cornejo.
Un discurso de corte liberal
El acto de jura de los ministros fue solemne, sin innovaciones en la invocación tradicional de estos actos. Y el discurso posterior de Cornejo fue de corte liberal. Con un fuerte mensaje a los empresarios a favor de la confianza en que Macri hará crecer la economía “4 o 5% por año” con “un gran equipo de ministros”, el gobernador enfatizó: “Sin eufemismos, Mendoza es un sistema democrático capitalista, los modelos populistas han fracasado”.
De entrada, el gobernador marcó la cancha para los conflictos que se le presenten al Gobierno. “Me dieron el liderazgo de Mendoza y lo voy a ejercer con consenso, pero una vez terminada esa etapa, voy a tomar las decisiones con firmeza”, proclamó.
A renglón seguido, remarcó que ha "heredado un Estado en una situación trágica” y prometió trabajar en la emergencia a la par de llevar una agenda del desarrollo centrada en generarles condiciones a los empresarios. Marcó como línea de su gobierno el enfoque en el crecimiento del sector privado acompañado de un achicamiento del Estado “sin despidos masivos”.
“El Gobierno nacional les dará un contexto para que crezcan”, dijo el mandatario con los empresarios como destinatarios directos. “Ahora se verán los buenos empresarios y los malos”, advirtió en referencia a los hombres de negocios que viven del tráfico de influencias en el Estado. “Necesitamos agrandar la torta y administrar eficientemente el gasto”, dijo.
En Seguridad, por donde empezó a desgranar el discurso por ministerios, “vamos a buscar logros paulatinos, el crimen de Mendoza es una organización pequeña”. Para cumplir su plan, Cornejo requirió “tener policías decentes” y puso como ejemplo de lo que quiere de los uniformados a su jefe de Policía, Roberto Munives, quien “pasó por todos los lugares de la Policía” y se capacitó.
En Salud, planteó separar a los agentes que hacen bien el trabajo de los que lo hacen mal. “Hay que premiar a los que trabajan bien y reconvenir a los que lo hacen mal y si no cambia apartarlos”, esbozó. Dijo que la cartera sanitaria trabajará en conjunto con OSEP y les pidió a los funcionarios nacionales que dispongan lo mismo con el PAMI de Mendoza.
En Educación, cuestionó que haya “9 alumnos por cada docente” entre otros aspectos puestos en crisis por el mandatario recién asumido. “Hay que ordenar el sistema”, sostuvo. Y a continuación les mandó un mensaje a los dueños de los medios grandes, que negociaron millonarias pautas con Pérez: “No quiero un gobierno de slogans, no hacen falta inversiones inmensas en publicidad”.
Luego siguió con la educación, área en la que planteó como meta que los alumnos terminen la primaria sabiendo leer y comprender, mientras que para la secundaria espera bajar los abandonos, que, según sus cálculos, alcanzan a la mitad de los estudiantes que inician el segundo nivel de la enseñanza. Cornejo cuestionó los paros y “las asambleas tramposas” y pidió al gremio docente que no impida tener 180 días de clases.
En materia de finanzas, calculó en $8.000 millones el déficit de este año y consideró imprescindible conseguir unos 4.500 millones de pesos, que se espera lleguen de alguna canilla de la Nación. “Estamos muy atados al contexto nacional, pero le tengo mucha fe al gobierno que viene”, recitó Cornejo.
En cuanto a su relación con las protestas sociales, Cornejo acotó los márgenes de tolerancia vigentes: “Los piquetes son ilegales, vamos a actuar con la policía para desalojarlos y espero la colaboración de la Justicia para que no existan cortes de tránsito”.
En el tramo final del discurso aseguró: “Vamos a ordenar la Provincia”. Y pidió a los distintos sectores de la sociedad que lo ayuden a que la provincia que reciba el próximo gobernador sea mejor que la que está asumiendo él.