Un neoyorquino burló repetidamente el bloqueo económico de Cuba con la ayuda de palomas contrabandistas que envía a la isla para traer una gran cantidad de cigarros.
De acuerdo con reportes de prensa estadounidense, unas 50 aves han sido entrenadas por el pintor Duke Riley, de 41 años. Su inusual proyecto lo llamó 'Comercio con el enemigo'. Según sus palabras, quería protestar contra el bloqueo económico de EE.UU. a la isla y al mismo tiempo demostrar las deficiencias de los servicios de inteligencia de su país.
"Quería mostrar la futilidad de todos estos sistemas de alta tecnología que cuestan miles de millones de dólares y son utilizados por los servicios secretos para asegurar el bloqueo económico. Engañé al sistema por medio de los métodos utilizados por los antiguos sumerios", dice Riley con ironía.
"A pesar de que no hay acciones hostiles hacia los EE.UU., Cuba sigue siendo el único país contra el que Estados Unidos defiende el 'Trading with the Enemy Act' (Acta de Comercio con el Enemigo)", reza la introducción de un video difundido por Riley.
Como ha reconocido el artista, el primer grupo de 23 palomas contrabandistas cruzó la frontera hace unos meses, pero volvieron de regreso solo 11 de ellas con seis puros cubanos. Posteriormente, las 'incursiones aéreas' se hicieron regularmente. Al mejor de sus trabajadores lo ha llamado 'Pablo Escobar', un famoso narcotraficante fallecido en 1993.
Una paloma cuesta 100.000 dólares
A principios de noviembre, una galería de Nueva York acogerá una exposición donde se presentarán las palomas y un video grabado por ellas mismas con la cámara que transportan en su lomo. El artista planea además vender un par de sus aves. Cada 'contrabandista' entrenado costará unos 100.000 dólares.
No obstante, Riley no pretende enseñar su método de entrenamiento y no descarta seguir usándolas para contrabando. "Es probable que me traigan cocaína de Colombia", dijo el artista con sorna.
Duke Riley se dio a conocer en 2007 por sus excéntricas ideas. En aquel año fue detenido por la Guardia Costera luego de llegar hasta un barco de crucero en un submarino de madera improvisado. En 2009, viajó en trenes de carga desde Nueva York hasta Cleveland, donde se instaló en una alcantarilla, imitando la forma de vida de las personas sin hogar durante la Gran Depresión.