Las Policías de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta protagonizan una interna que, entre otras cosas, favoreció a la fuga de un secuestrador que, además, integra la cúpula de la barra brava de Boca, que cuenta con relaciones en la Justicia Federal, en la que opera por fuera de la ley el presidente del club Daniel Agelici.
El presidente Macri le pasó a se delfín porteño Larreta un trozo de la Policía Federal no bien se hizo con el poder del Estado Nacional. Y desde entonces, los jefes de las dos policías no han cesado en la producción de operaciones para desestabilizar al enemigo. La pelea entre las policías es por negocios y no cesó cuando Macri cambió a Román Di Santo por Néstor Roncaglia al frente de su Policía Federal.
En el medio está la ministra de Seguridad macrista, Patricia Bullrich, quien repitió papelón tras papelón en público desde que asumió la más sensible de todas las carteras políticas. Desde la payasada con los prófugos de la efedrina en sus primeras horas como ministra, hasta la denuncia de un plan para desestabilizar a Macri por parte del kirchnerismo en base a la detención de unos incendiarios de autos que buscaban revancha contra la aplicación Uber, que compite con los taxis porteños.
El caso de un barrabrava buscado por un secuestro que hace unos 10 días logró escaparse de la Policía durante un partido de Boca en la Bombonera acrecentó el enfrentamiento entre los jefes de la Policía Federal, comisario general Néstor Roncaglia, y la Federal de la Ciudad, comisario general Guillermo Calviño.
En ese sentido, la fuerza dependiente de la Nación y la que ahora está bajo la órbita de la Ciudad se acusan mutuamente de ser las responsables de la fuga de Maximiliano Oetinger, escape que tiene detalles de papelón.
El pasado 19 de mayo jugaban Boca y Nacional de Montevideo por la Copa Libertadores, y antes de que arrancara el partido llegaron a la cancha agentes de la División Antisecuestros de la Federal (nacional) con una orden para detener a Oetinger, también conocido como "El Mey", quien pertenece a la barra "Xeneize" y es amigo de Rafael Di Zeo y Mauro Martín, los líderes.
"El Mey" está sospechado de haber secuestrado en abril del año pasado a un odontólogo, en la localidad de José Ingenieros, publicó este sábado diario Clarín .
En ese aspecto, un integrante de la banda fue detenido y los demás, entre los que estaría Oetinger, escaparon. El prófugo estuvo preso varios años tras ser condenado por formar parte de una banda que cometía secuestros extorsivos en la zona norte del Conurbano, también por vender drogas en una villa de San Martín junto a un conocido grupo narco, "Los Gardelitos".
El 19 de mayo, tras allanar sin éxito la casa del sospechoso en Martín Coronado y un departamento ubicado en el barrio porteño de Villa Devoto, donde también suele esconderse, los efectivos de la dirección Antisecuestros de la Federal (nacional) lo siguieron a "El Mey" hasta la cancha de Boca.
La Ciudad acusó a estos efectivos de no detenerlo antes de entrar a La Bombonera, por lo que continuaron con el seguimiento del barra en la tribuna, en la que estaba con Di Zeo y Mauro Martin. Sin embargo, "El Mey", en un momento determinado, recibió un llamado telefónico y alguien le avisó que lo tenían localizado.
Conclusión: se bajó del paraavalancha, se cambió de ropa y a pesar de ser nuevamente divisado, los efectivos esperaron hasta el final del partido, pero no lo pudieron agarrar.
Por ese hecho, el ex juez Mariano Bergés, presidente de la Asociación Civil Salvemos al Fútbol, vinculada al Ministerio de Seguridad, denunció a Calviño por haber dejado escapar a "El Mey" de La Bombonera, al tiempo que se sumó a esa denuncia Pablo Noceti, jefe de asesores de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
El jefe de la Federal de la Ciudad fue acusado de haber movido a 500 agentes afectados al operativo de seguridad del partido para que el barra huyera, pero desde el entorno de Calviño señalaron que en el momento del encuentro, él estaba en una reunión con vecinos de Villa Lugano.
Si bien algunos señalan que esta es la primera disputa entre ambas fuerzas, los conflictos vienen desde que en enero pasado se produjo el traspaso de parte de la Federal a la Ciudad.
Allí comenzaron los enfrentamientos entre Calviño y el por entonces jefe Román Di Santo, con chicanas y algunas protestas subidas de tono.
Calviño decidió ocupar todo el segundo piso del Departamento Central de policía, ubicado en moreno al 1500 y mientras tanto, solicitaba dinero a la Federal nacional para la compra de insumos y otros elementos para las comisarías (papel higiénico, nafta para patrulleros, elementos de limpieza y otros), pero del otro lado le respondieron que la plata se la tenía que pedir al Gobierno porteño porque no dependía más de ellos.
Entonces, Calviño, quien desde la gestión anterior ya no se llevaba bien con Di Santo, prohibió que los partes de hechos policiales ocurridos en comisarías y áreas que él manejaba se los dieran a la división Prensa de la PFA nacional, amenazó con desalojar a todos del Departamento Central, ya que decía que la Federal fue creada en 1943 y el edificio se inauguró en 1888 cuando ya hacía 8 años que funcionaba la Policía de la Capital. Por ende, señalaba que esa estructura era de la Ciudad.
Al final, la Policía Federal de la Ciudad se mudó a un edificio ubicado entre las calles Herrera y Pedro de Mendoza, en Barracas. Además, prohibió que sean convocados para otras delegaciones de la fuerza alguno de sus subordinados, quienes formaban parte de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana.
De hecho, un comisario mayor convocó a uno de los uniformados de Calviño y eso provocó el enojo del jefe porteño que volvió a cruzarse, ahora con el comisario general Néstor Roncaglia al frente de la fuerza nacional.
Roncaglia, quien al asumir limó asperezas con su par de Capital Federal y todo parecía tranquilo pero a los pocos días se terminó la tregua, pidió sanción para ese comisario mayor, quien finalmente no la aceptó y pidió el pase a retiro.
La última gran pelea antes del traspaso fue por los predios: qué fuerza se iba a quedar con cada uno de ellos.
En este punto no hubo acuerdo, sobre todo por dos lugares: una zona del predio donde está policía Montada, en la calle Cavia, y la imprenta que está arriba de la comisaría 27ma.
Calviño entiende que al pasar más de 200 hombres de montada a su órbita tiene derecho sobre ese terreno y Roncaglia se resiste a cederlo, lo mismo pasa con la imprenta de Villa Crespo, donde se imprimen todos los boletines y otros documentos de la fuerza.
"El predio donde está Policía Montada y por el quese pelean Roncaglia y Calviño es muy grande y los dos jefes lo quieren vender para que ingrese dinero en las arcas de las fuerzas. Parece que sería destinado a pagar deudas de la Federal en el caso de la nacional y para compra de insumos en el caso de la Ciudad. Según parece, ya hay un empresario que quiere construir ahí un complejo hotelero", señaló un vocero de la fuerza a minutouno.com.
Calviño, que hasta diciembre pasado solo esperaba que lo ascendieran a comisario general para poder retirarse de la Federal con el mayor grado posible, hoy, con unos 19 mil efectivos, la mayoría de ellos operativos, maneja las calles de la Capital Federal y mantiene una disputa seria con Roncaglia. Hasta fines del año pasado se sentaban al lado en las reuniones de la cúpula.