El ministro de Seguridad, Leonardo Comperatore, informó que el 15% de las cámaras de seguridad instaladas en la provincia en promedio están fuera de servicio en lo cotidiano. En el Gran Mendoza, entonces, de las 500 cámaras que ha contratado el gobierno unas 75 están fuera de servicio por reparación en promedio de forma pernanente.
"Se rompen porque llevan cables y están a la intemperie", esgrimió el funcionario en una entrevista con radio Mitre Mendoza en medio de las críticas que genera la sucesión de hechos que ocurren en zonas con cámaras y que no se dispone de las imágenes. El sistema está concesionado a Arlink, una empresa de Daniel Vila y José Luis Manzano que embolsa unos 270 mil pesos por mes por las imágenes del Gran Mendoza solamente, según relató Comperatore.
Un robo de dos millones en pleno centro de Mendoza, otro de 400 mil pesos en Maipú y un suceso de tránsito de alto impacto sucedieron en zonas cubiertas por las cámaras que paga y marketinea el Gobierno, pero por razones que son objeto de sumarios no grabaron en el momento que se necesitaba guardar las acciones del escenario vigilado.
A esto se sumó un hecho con una serie de aristas que lo llevan al campo de la comedia, aunque hay perjudicados en el medio. Las cámaras no captaron el robo de una auto que estaba estacionado frente a la Comisaría de Godoy Cruz, adonde llegó secuestrado por efectivos de la fuerza. Fue incendiado el vehículo, sin que la policía pueda contar qué pasó.
Sin poder explicar cómo las cámaras salen de funcionamiento cuando son necesarias, el ministro mantuvo en alto el marketing del sistema: "La cámara es muy importante para prevenir porque ayudan a estar mirando en determinados puntos claves", dijo.