
El día después de la pueblada en Uspallata en contra del Proyecto San Jorge encontró a vecinos y asambleístas empoderados por la contundencia de la protesta. Lejos de amedrentarse por el operativo de propaganda que montó Alfredo Cornejo en tándem con operadores de prensa en contra de los vecinos, comenzaron a organizarse para seguir en las calles en defensa del agua.
Uno de los asambleístas que celebró la pueblada fue Daniel Funes, histórico asambleísta de San Carlos, otro de los lugares bastión de resistencia contra la megaminería.
"Otra vez patearon el hormiguero. Las hormigas no son violentas. Las hormigas se defienden", manifestó.
Recordó la pueblada de diciembre de 2019, cuando Rodolfo Suárez "mandó infiltrados y después a la policía a reprimir una protesta que siempre fue pacífica. Ahora llevaron micros de la UOCRA (tanto que odian y despotrican contra los gremios) para provocar a un pueblo que durante dos décadas dice que no a San Jorge".

Fustigó Funes a los medios de comunicación que reprodujeron sin más la versión del Gobierno acerca de supuestos disturbios causados por pobladores de Uspallata que se oponen a la minería desde hace 15 años.
"Violento es que te impongan una mina que no querés. Violento es que una iniciativa popular con miles y Miles de formas no sea aprobada en la legislatura (Área natural protegida Uspallata Polvaredas). Violento es que te traigan micros para amedrentar. Violento es que un intendente aparezca solo para inaugurar un local minero. Y que amenace a un ciudadano en público.
Violentos son los títulos de los medios que hablan de violencia de un pueblo y no de las violencias que lo provocaron", completo.
Asambleístas de Tunuyán ironizaron sobre la violencia que busca achacarles el Gobierno con un video de su factoría que reprodujeron en las redes.
También cuestionaron el operativo de propaganda en medios los asambleístas del sur:
La Asamblea Maipucina por el Agua celebró la convocatoria de la marcha en Uspallata. "¡Somos miles! Pese a los intentos de funcionarios, empresarios y medios de comunicación cómplices de ocultar la lucha del pueblo, las calles volvieron a gritar que Mendoza es Hija del Agua y que somos conscientes de que megaminería es saqueo, sequía, contaminación, desempleo y achicamiento de la matriz productiva".
Nora Moyano, asambleísta de Las Heras, resumió a Explícito el espíritu de la protesta: "Fue el pueblo, el pueblo en las calles. Fue multitudinaria, terminó con el grupo Alturas, bailando cueca, gato. Estoy feliz, Uspallata está de pie, estamos de pie todos y todas. Hay que parar la megamineria en Uspallata, pero también en Malargüe, que dijo la UNCuyo que está flojito de papeles".