A bajo costo el macrismo logró cerrar un acuerdo con la CGT para evitar un paro nacional general promovido por la central que se planteó a modo de amenaza para forzar las negociaciones que concluyeron el miércoles con la firma de un acuerdo para el pago de un bono de $2.000 para el ámbito privado, aunque por lo expuesto quedaría a criterio de los patrones su efectivización con algún margen de negociación para los gremios particulares por sectores.
El acuerdo no compensa ni cerca la pérdida de poder adquisitivo de los salarios por efecto del plan macrista que combinó un estallido inflacionario por la devaluación con unas paritarias limitadas por la ilusión de cerrar el año con no más del 25% de aumento del costo de vida, que al final no será inferior al 40%.
El líder cegetista Rodolfo Daer, heredero del poder del metalúrgico Antonio Caló en la central, sostuvo tras la reunión mantenida con algunas cámaras empresarias y el gobierno que "este acuerdo disipa totalmente la posibilidad de un paro este año".
Daer hizo declaraciones, entre otros medios, en radio Continental. Pidió que "los trabajadores informales también reciban el bono y que los 2.000 pesos sean el piso" a negociar. Como contrapartida, sectores empresariales de la economía formal, como la industria textil o los pequeños y medianos comerciantes, anunciaban al mismo tiempo que no darán ningún bono.
El sindicalista ratificó que "la efectivización" del bono de fin de año "se determinará sector por sector", dentro de "su paritaria".
Dijo que "los estatales están discutiendo (el bono) en varios frentes", de acuerdo a si dependen del Estado nacional o a los provinciales o municipales. A nivel nacional, UPCN negocia un bono de mil pesos, según trascendió por los medios porteños.
En la misma línea antiparo de Daer se expresó otro de los secretarios de la CGT: Juan Carlos Schmid, heredero de Hugo Moyano en la central. "Los empresarios -dijo- tienen que abrir la billetera y cumplir con lo que se ha pactado" en la mesa de diálogo social tripartita que ayer acordó el otorgamiento de un bono de fin de año para los trabajadores con un piso de $ 2.000 y advirtió que "de lo contrario va a haber problemas" en los sectores donde no se respete lo firmado.
Schmid consideró que el acta rubricada ayer por el Gobierno, la CGT y los empresarios "fue cerrar el pendiente de la negociación que se inició la semana anterior" y ponderó que los acuerdos alcanzados volcarán "una buena cantidad de recursos al consumo interno" para dinamizar "una economía que está planchada".
El dirigente del gremio de Dragado consideró en radio La Red que el acuerdo del bono "no es una solución definitiva" para la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores, y consultado sobre si es seguro que las empresas lo abonen, señaló que "dependerá de la mesa de negociación que se va a abrir en cada sector".
No obstante, recordó que los empresarios "suscribieron un acuerdo que plasmaron en la firma (del acta) que tiene como referencia estos $ 2.000" y si bien consideró que "las obligaciones siempre han sido bastante relativas en un país donde muchas veces se violan los decretos y no se respetan las leyes", confió en que "se discuta en cada uno de los lugares donde se ha plasmado esta firma, porque de lo contrario va a haber problemas".
En esa línea, Schmid subrayó que el acuerdo de ayer "no es una expresión de deseo" sino "un compromiso formal" que requiere que los empresarios "tienen que abrir la billetera".
"Para que funcione este primer paso, tiene que ser honesto, los sectores empresarios tienen que abrir la billetera y cumplir con lo que se ha pactado", sentenció.
Fuente: Ámbito