El ministro del Interior de Alemania, Thomas de Maizière, anunció que el gobierno germano reformará sus leyes de asilo para intensificar las deportaciones de los refugiados cuyas solicitudes de admisión fueran denegadas. El gobierno les pagará pasajes y los subirá a aviones chárter que los llevarán a otros países europeos o los devolverá a las zonas de donde huyeron por guerras y persecuciones.
Las deportaciones "deben llevarse a cabo de forma humanitaria, justa y decente, pero el número va a subir", definió el ministro sin dar el número de inmigrantes que se verán afectados por esta medida, ni las fechas exactas de los traslados.
Los costos económico de las deportaciones estarán a cargo de los Estados federados y el gobierno central apoyará las operaciones enviando a la Policía federal, como refuerzo a las policías regionales.
Las nuevas normas permitirán la aceleración de las deportaciones inmediatamente, aunque no obstante el ministro sostuvo que "no se esperan grandes operaciones" de expulsión de refugiados.