La Justicia rechazó la excarcelación del ex intendente de Santa Rosa, Sergio Salgado (PJ), quien está preso en el Penal San Felipe con prisión preventiva en el marco de una serie de investigaciones que están caratuladas con una colección de acciones delictivas presuntamente cometidas estando al frente de la Intendencia. Entre las causas le imputan ser el líder de una asociación ilícita, un delito hartamente difícil de probar en un juicio oral, pero efectivo para que el fiscal de instrucción mantenga preso a un sospechoso atendiendo a los intereses que reinan en el proceso.
Salgado agotó las instancias para conseguir una eximisión de prisión con anterioridad a presentarse ante el fiscal especial Santiago Garay, a cargo de la investigación en su contra. Después de presentado y notificado de las imputaciones por administración fraudulenta, peculado y asociación ilícita, quedó en prisión.
Fernando Peñaloza, abogado de Salgado, fundamentó el último pedido de excarcelación en la renuncia a la intendencia por parte del imputado. Como los delitos que se le imputan están relacionados a la función pública, el alejamiento de la misma dejaría a Salgado sin las condiciones para entorpecer la investigación que le facilitaría el seguir a cargo del gobierno comunal.
La radical Norma Trigo se hizo cargo del Ejecutivo santarrosino, pero la crisis no terminó. El gobernador Alfredo Cornejo operó a la luz pública a favor de una sucesión a favor de un concejal peronista, pero los radicales de Santa Rosa en yunta con el Partido Demócrata han seguido tejiendo las sogas para saltar al poder hasta 2017, cuando se celebrarían elecciones para normalizar el gobierno comunal. Por las sombras de la política transitan dos versiones: una, que es la vice Laura Montero la cabecilla del asalto al poder santarrosino; la otra, que es Cornejo quien mueve todos los hilos, incluso los que toman direcciones distintas a las de las declaraciones públicas.
Salgado terminó preso, pero en el último año en la arena política se mostró imbatible: ganó las cinco elecciones, al mismo tiempo que su partido en la Provincia y la Nación perdió. Fue uno de los seis peronistas que pudieron retener sus comunas en unos comicios que depredaron el poder del partido, que tuvo 12 comunas a su cargo hasta diciembre.
El ganso Antonio Ponce, quien fue intendente dos periodos hasta ser desbancado por Salgado, en 2007, y la radical Débora Quiroga pujan por el sillón vacante del intendente, siempre atentos a las órdenes de Cornejo y los márgenes de autonomía que se presentan. No obstante, con el correr de los días crecieron las chances para que siga Trigo en el cargo de Salgado. El peronismo no estaría dispuesto a asumir cuando considera que la caída de su intendente se debió a un golpe institucional de la oposición en el departamento, a la vez oficialismo en la Provincia.