Este lunes no hubo clases con normalidad en la provincia debido a las medidas de fuerza de los trabajadores de la Educación contra la política salarial del gobernador Alfredo Cornejo, quien decidió obviar la discusión paritaria e imponer su oferta salarial con la mayoría que posee en la Legislatura. Desde las primeras horas de la mañana pudo corroborarse que la gran mayoría de los estudiantes no asistieron a clases, mientras el centro de Mendoza fue copado por miles de manifestantes en apoyo a la causa de los educadores.
Como siempre que hay un paro en la órbita estatal, el SUTE y el gobierno de Alfredo Cornejo presentaron números dispares de acatamiento al paro de los educadores, siendo del 80%, según los representantes de los trabajadores y de menos del 30%, de acuerdo a los funcionarios. Como sea, la actividad fue escasa en las escuelas porque faltaron los alumnos. Por el Gobierno, hizo las estimaciones del paro ante la prensa el viceministro de Seguridad, Néstor Majul. "Los docentes están en las escuelas poniendo el hombro", desafió el funcionario a los educadores en conflicto.
Cornejo estaba en Buenos Aires a la hora de la protesta. Algunos ministros y asesores se asomaban por las ventanas de los despachos altos, mientras los docentes agitaban las banderas georeferenciales o con consignas vinculadas al conflicto a nivel del suelo. La jornada de protesta se inscribió en una convocatoria nacional de la CTERA con foco en la Justicia por el docente Carlos Fuentealba, asesinado por la policía de Neuquén bajo el mando de Jorge Sobisch, hace nueve años, y los conflictos con de los gremios de educadores con los gobiernos en Mendoza y Santiago del Estero.
El SUTE difundió sus números de acatamiento a viva voz ante una concentración de proporciones. Antes del mediodía, una marcha con varias cuadras de participantes desembocó en la explanada de la Casa de Gobierno. Desde el paso de la bandera gigante contra el ítem aula que encabezaba la marcha de los manifestantes hasta el de los patrulleros del fondo de la fila en ningún punto del recorrido demandó menos de 20 minutos, a tranco constante. La marcha partió desde Patricias Mendocinas y Sarmiento, frente a la Legislatura. El recorrido incluyó un giro por Colón y luego por Mitre.
EXPLíCITO TV: El paso de la marcha de los docentes contra Cornejo por calle Patricias Mendocinas
Se escucharon discursos de un extendido arco político sindical que estaba quebrado en la Provincia y comenzó a reconstruirse a partir del espanto común ante las políticas nacionales y provinciales.
Roberto Macho y Polo Martínez Agüero, de ATE, coincidieron en el escenario montado frente a las puertas del Palacio de Gobierno con Gustavo Maure y Gustavo Correa, históricos dirigentes del SUTE. Ambas organizaciones compartieron el frente estatal de gremios hasta el 2008. Las diferencias fueron insalvables desde entonces hasta la actual lucha de los trabajadores de la Educación por sus salarios, que terminó aglutinando a un gran arco del sindicalismo provincial.
Junto a las dos CTA (en una habita el SUTE y en la otra ATE), estuvieron algunas organizaciones sindicales de la CGT, central a la que suscribe el gremio de los docentes de las escuelas privadas, SADOP.
La secretaria general de AMPROS, Isabel Del Pópolo, compartió el escenario con sus pares sabiendo que en un futuro cercano la explanda puede llenarse con médicos, enfermeras y demás trabajadores del sector Salud, que se apresta a iniciar la paritaria en un clima adverso para los acuerdos.
A la diversidad sindical que confluyó en la marcha, se sumaron agrupaciones políticas de izquierda y del peronismo. Los legisladores locales y nacionales del Frente de Izquierda acompañaron de cerca a la dirigencia gremial, como algunos grupos identificados con el peronismo, como el MUP, La Cámpora o la Juventud Universitaria Peronista, entre los que se identificaron en la movilización.
El hilo comunicante entre los discursos de los dirigentes de las diversas organizaciones convocadas por la causa de los educadores fue la "preocupación por el ajuste y los despidos". Los docentes que coparon la explanada hicieron causa común con los discursos que bajaron desde el palco de dirigentes. Las pancartas dieron pistas sobre el alto nivel de rechazo que genera la política salarial oficial, con el ítem aula como factor invariable de conflicto.
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