"Entre todas las organizaciones barriales pusieron dinero, 500 pesos unos, otros un poco más, no se esperó que el dinero caiga de algún lado sino que un tema de dinero importante se resolvió con dinero de las bases", señaló Rubén Vigo referente de radio La Mosquitera, cuya planta de transmisión y antena funcionan en el mismo predio de La Lagunita, tras la resolución judicial que habilitó a que los empleados de la Cooperativa La Lagunita compren el frigorífico.
Desde las 8 la oficina de remates judiciales fue el epicentro de negociaciones de los abogados que pretendían rematar el predio al mejor postor y los empleados y organizaciones barriales de Bermejo que buscaron impedir que la empresa recuperada y el predio quedaran en manos de terceros.
La martillera pública pidió, para impedir el remate y desalojo -que ya estaba ordenado por la Justicia desde el jueves pasado- el 7,5% del precio de base del remate: $143.000.
"El dinero se pidió en la mañana temprano, pero la unión de las bases fue rápida, esto es un hecho político, el dinero se consiguió más rápido en las bases antes que si hubiéramos movido estructuras grandes", reseñó Vigo a través de los micrófonos de la radio abierta montada en la vereda de las oficinas judiciales donde se peleaba el remate.
"La Justicia no tuvo ningún tipo de contemplación con La Lagunita, claramente están parados de otro lado, y viven de la desgracia de la gente. La Lagunita viene atravesando un momento muy difícil, pero desde el campo popular no podíamos dejar caer una empresa recuperada", remarcó por su parte Darío Figueroa, también de La Mosquitera.
"Ha sido justo el desenlace, pero lo justo ha venido desde abajo, del empuje del cuerpo, de la gente que empujó para que no silenciaran otro medio de comunicación, querían que sacáramos la antena y las bases lo impidieron", sintetizó Vigo.