El gobierno de Mauricio Macri celebró sin hacer ruido la destitución de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil, que determinó la conformación del vicepresidente Michel Temer a cargo de la Presidencia hasta fines de 2018, cuando vencía el mandato de la dirigente del Partido de los Trabajadores.
Cancillería emitió un comunicado dándole la bienvenida al reemplazante Temer no bien se produjo la votación en Brasil, al mismo tiempo que cinco países latinoamericanos condenaban los hechos por considerar que se produjo un "golpe" de Estado.
"Lo importante es que se termina la incertidumbre y se plantea un interlocutor duradero de cara al futuro", fue la conclusión de la Casa Rosada, según fuentes de palacio citadas por el portal de La Nación.
"Ante los sucesos registrados el día de hoy (miércoles) en Brasil, el Gobierno argentino manifiesta que respeta el proceso institucional verificado en el hermano país y reafirma su voluntad de continuar por el camino de una real y efectiva integración en el marco del absoluto respeto por los derechos humanos, las instituciones democráticas y el derecho internacional", reza un comunicado emitido por la Cancillería instantes después de confirmarse la destitución de la presidenta brasileña.
"Argentina renueva su deseo de continuar trabajando con el Gobierno de Brasil para la resolución de los temas de mutuo interés de las agendas bilateral, regional y multilateral, así como para el fortalecimiento del MERCOSUR", remató el escueto comunicado, consensuado entre la canciller, Susana Malcorra, y el jefe de gabinete, Marcos Peña.
El 5 de agosto, Macri y Temer se reunieron en el Palacio Itamaraty (la Casa de Gobierno del país vecino levantada en Brasilia) en consonancia del viaje del mandatario argentino a la competición.