Los estados criminales del mundo están produciendo consecuencias aterradoras con su guerra en Siria

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Algunas fuentes consideran que murieron más de 400 mil personas en la guerra de Siria.
Algunas fuentes consideran que murieron más de 400 mil personas en la guerra de Siria.

Lo que comenzó como un levantamiento contra el presidente Bashar al Asad se convirtió en una brutal y sangrienta guerra civil que ha arrastrado a potencias regionales e internacionales. La excusa de las bombas multilaterales.

Los estados criminales del mundo están midiendo sus fuerzas en el país que ha sido arrasado como ninguno de los arrasados en Medio oriente desde que Estados Unidos decidió bombardear países para torcer sus orientaciones políticas hacía la conveniencia estadounidense. Las consecuencias en el teatro de operaciones, cuya escenografía está compuesta por seres humanos privados de la libertad de vivir en paz, son aterradoras.

Naciones Unidas asegura que, hasta agosto de 2015, más de 250.000 personas habían muerto en la guerra de Siria.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un grupo de monitoreo basado en Londres, indica que hasta septiembre de 2016, la cifra de muertos es de 301.000.

Pero el Centro de Sirio para Investigación Política, un organismo de estudios independiente, calcula que el conflicto ha causado 470.000 muertes.

Según cifras de la ONU, hasta febrero de 2016 más de 4,8 millones de personas habían huido de Siria, la mayoría mujeres y niños.

Los países vecinos -Líbano, Jordania y Turquía- están enfrentando una crisis tratando de albergar al que se considera es uno de los mayores éxodos de refugiados de la historia reciente.

Otro 10% de refugiados ha buscado asilo en Europa, lo que ha provocado divisiones en estos países sobre cómo compartir la responsabilidad.

Según la ONU se necesitan US$3.200 millones de ayuda para los 13,5 millones de personas, incluidos seis millones de niños, que requieren ayuda humanitaria dentro del país.

Cerca de 70% de la población no tiene acceso a agua potable, una de cada tres personas no puede satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, más de dos millones de niños no van al colegio y una de cada cinco personas vive en la pobreza.

Las partes en conflicto han complicado aún más la situación al rehusar el acceso de las agencias humanitarias a los necesitados.

Se calcula que hay unas 500.000 personas viviendo bajo asedio.

Los capos de las bombas no ponen los muertos

La población siria pone los muertos de un juego de ajedrez con piezas armadas por las potencias regionales y mundiales.

Irán, que es chiita, es el aliado árabe más cercano de al Asad. Siria es el principal punto de tránsito de armamentos que Teherán envía al movimiento chiita Hezbolá en Líbano, el cual también ha enviado a miles de combatientes para apoyar a las fuerzas sirias.

Se cree que Teherán ha gastado miles de millones de dólares al año para fortalecer a las fuerzas del gobierno sirio, ofreciendo asesores militares, armas, crédito y petróleo.

Rusia intervino desde un inicio apoyando la supervivencia de Asad en el gobierno, lo cual es crucial para mantener los intereses de Moscú en ese país.

Estados Unidos, por su parte, insiste en que al Asad es responsable de enormes atrocidades y debe dimitir.

Para contrarrestar la influencia de Irán, su principal rival en la región, ha enviado ayuda militar y financiera importante a los rebeldes, incluidos los grupos con ideologías islamistas.

Turquía es otro acérrimo simpatizante de los rebeldes, pero ha intentado que Estados Unidos limite su apoyo a las fuerzas kurdas, a quienes acusa de simpatizar con su enemigo, el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Los rebeldes de la oposición siria también han atraído varios grados de apoyo de otras potencias regionales, como Qatar y Jordania.

Fuente: BBC Mundo

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