"Trigo quiere que muramos de hambre, en Santa Rosa antes de La Salada sólo había trabajo en las viñas"

"(Norma) Trigo quiere que muramos de hambre. Nosotros no golpeamos la puerta pidiendo bolsas de comida, nada. Jorge Castillo puso estos puestos que son nuestra fuente de trabajo y podemos ganarnos el pan dignamente. Ella dice que no importa si se va La Salada porque hay otros proyectos, pero antes de La Salada en Santa Rosa lo único que había era trabajo en las viñas". Daniela Maturano, una de las santarrosinas que trabaja en la feria de ofertones de Jorge Castillo, resumió a radio La Salada de Buenos Aires la situación de los feriantes, que este miércoles se rebelaron en la intendencia ante la posibilidad de que el paseo de compras cierre. 

Castillo anunció vía redes sociales que tiene intenciones de levantar los puestos de La Salada en Santa Rosa ante el infinito laberinto burocrático que las autoridades de Santa Rosa -la intendencia está en manos de la radical Norma Trigo tras la destitución de Sergio Salgado- que impide, entre otras cosas, que se les pague tasas municipales: "No me cobran los 100 mil pesos por mes que quiero pagarle. Un pueblo chico que tira 100 mil pesos todos los meses y no los reclama para cobrar no tiene capacidad administrativa”, resumió.

"Parece que no les gusta que vengan a invertir para que salgamos adelante. Yo nací en La Dormida y le agradezco a Castillo que haya creado estas fuentes de trabajo. Antes de La Salada en Santa Rosa sólo había trabajo en la viña, y eso para una mujer es muy sacrificado", remarcó Maturano tras la manifestación en la intendencia.

La mujer, que se desempeña como parte de la seguridad en la feria, dijo que las bocas que alimenta La Salada se multiplican por tres o por cinco respecto a la cantidad de personas que trabajan allí: " Todos tenemos un chico o una pareja. Castillo nos da de comer a miles de personas. Vamos a luchas como leones. Somos gente de Castillo, él no se fijo el color, ni si éramos gorditos, o flaquitos, nos dio trabajo".