Por Lucía Villa
Para Público
En poco más de 40 años, en el periodo que va desde 1970 a 2012, la abundancia de las poblaciones de vertebrados del planeta ha sufrido una merma del 58% como consecuencia, principalmente, de la acción del ser humano. Así se desprende del Índice de Planeta Vivo, un estudio elaborado por la organización internacional WWF que cada dos años hace un diagnóstico de la biodiversidad de la Tierra a través de la recopilación de datos científicos de 14.152 poblaciones de 3.706 especies de mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles de todo el mundo.
El estudio no incluye a todas las especies de vertebrados; de hecho, las analizadas sólo representan aproximadamente un 5% del total, pero sus resultados ofrecen una buena panorámica de la acelerada degradación de la vida en el planeta.
“Algunas poblaciones de vertebrados se han incrementado, otras han disminuido, pero en promedio han bajado”, ha señalado Enrique Segovia, director de Conservación de la ONG.
En el anterior informe publicado en 2014 y que recopilaba datos hasta 2010, WWF cifró la disminución de vertebrados en el 52%. “Los datos reflejan un declive anual del 2 por ciento en promedio y aún no hay señales de que esta tasa esté disminuyendo”, señala el estudio.
Pero la destrucción no afecta a todos los vertebrados por igual. Depende, en gran parte, del grado en que los sistemas que habitan se vean amenazados. Mientras las especies marinas han disminuido un 36% de media en ese periodo, los terrestres lo han hecho en un 38%. La peor parte, de lejos, es para las poblaciones de vertebrados de agua dulce, como los anfibios, que se han visto reducidas en un 81%.
La principal causa detrás de esta acelerada disminución de vertebrados es la pérdida y degradación de sus hábitats para actividades como la agricultura insostenible, la tala de árboles, el transporte, la construcción, la producción energética y la minería; sumados a otros motivos como la sobreexplotación de especies, la contaminación, las especies invasoras y el cambio climático.
“Las actividades humanas y la explotación de recursos derivada han aumentado de forma tan drástica, especialmente desde la mitad del siglo XX, que las condiciones ambientales que fomentaron nuestro desarrollo y crecimiento están comenzando a deteriorarse. Es evidente que la superación de los riesgos a escala planetaria será muchísimo más compleja que cualquier otra tarea que hayamos emprendido antes”, señala el informe.
La organización ha llamado a crear “un nuevo sistema económico” que sea capaz de mantener el capital natural del que disponemos. “Tenemos poco tiempo. Tenemos 30 años para cambiar el rumbo”, ha sentenciado Segovia.