Cornejo impuso su voluntad en el Senado para que José Virgilio Valerio sea su juez en la Suprema Corte

José Virgilio Valerio asumirá como juez de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza. El designado por Alfredo Cornejo para liderar su estrategia para el Poder Judicial consiguió más votos de los que necesitaba en la votación secreta de los senadores que componen el cuerpo de 38 miembros más la vicegobernadora, Laura Montero, que preside la Cámara.

Una parte del bloque peronista se sumó a los radicales en la votación que resultó favorable a Valerio por 28 a 11. Los radicales y media bancada del peronismo avalaron el desembarco del juez de Cornejo en la Suprema Corte. La otra mitad del bloque del PJ, los dos senadores del Frente de Izquierda y el de Libres del Sur, aliado electoral de Cornejo, votaron en contra de la nominación.

La sesión se desarrolló con la Legislatura vallada contra los manifestantes que se reunieron a repudiar el ascenso del camarista a la Corte. Además de los policías dispuestos en la vía pública circundante a la esquina de Peatonal y Patricias Mendocinas, el ministro de Seguridad Gianni Venier, en acuerdo con la vicegobernadora Laura Montero, desplegó pelotones de combate de la policía en el interior del Palacio de la Leyes listos para ejecutar las órdenes que pudiese dar el gobierno.

El juez designado estaba esperando los resultados de la votación secreta en inmediaciones de la Casa de Gobierno, a la que arribó a la velocidad de un rayo al conocerse la victoria de la nominación de Cornejo. El gobernador se apuró a mostrarse con el juez elegido en la redes sociales no bien se supo que la votación fue ampliamente favorable a Valerio.

En menos de un año de gestión, Cornejo logró la promoción de Valerio a la Suprema Corte y de Alejandro Gullé a la Procuración General. Los dos eran camaristas de la Justicia en los Criminal y asesoraron a Cornejo desde que estaba en campaña para tomar el poder. Son lobbistas de un sector de la Justicia en lo Penal de la Provincia que se reivindica en la contradicción con el ex miembro de la Corte de la Nación, Eugenio Raúl Zaffaroni, actual juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El ministro Venier es cultor del mismo palo.

El desenlace de la sesión especial estaba cantado de antemano. A la suficiencia por sí solos de los votos radicales para imponer al juez, se sumaba el lunes en la noche una corriente del peronismo que no aceptaba rechazar la nominación, como pedía otro grupo. Al final, los radicales más siete peronistas fueron artífices del resultado favorable al juez Valerio, que pasará de la Segunda Cámara del Crimen a la Suprema Corte.

En el transcurso del debate, el senador peronista Gustavo Arenas hianeó a los radicales con una moción para darles una oportunidad a los radicales de redimirse ante los críticos del nombramiento de Valerio con el retiro del pliego enviado por el gobernador. En torno a la propuesta imposible del peronista de Guaymallén giró un rato la sesión antes de que sobreviniese el desenlace amable con los intereses supremos de Cornejo.

La votación secreta se desarrolló bajo las normas que rigieron por primera vez para la designación del peronista Julio Gomez en la Corte. Esto es, mediante un bolilla entregada a cada senador para que éste la introduzca en uno de los dos orificios previstos en la urna, uno para la aprobación del pliego y el otro para el rechazo.

El método de votación se cambió después de la fallida nominación de la peronista maipucina Miriam Gallardo para el máximo tribunal. Hasta entonces, para la votación cada senador recibía dos bolillas, una blanca y otra negra. La urna tenía un sólo orificio. El voto a favor se expresaba con la bola blanca y el rechazo con la bola negra. Se cambió porque los peronistas se equivocaron de color y perdieron la votación por Gallardo.

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