Con el despido de un periodista de Sitio Andino -propiedad del empresario polirrubro Omar Álvarez- y de ocho trabajadores de Los Andes -gerenciado por Clarín- se consumó una semana negra para el periodismo de Mendoza. Por lo ocurrido, el Sindicato de Prensa montó una carpa de protesta frente al centenario matutino, en la avenida San Martín.
Leandro Abraham fue despedido sin causa de Sitio Andino después de la publicación de una nota con su firma y bajo el tìtulo: "Declaraciones juradas: curiosidades en el patrimonio de los funcionarios". El informe brindaba datos sobre el patrimonio de funcionarios del gobierno de Cornejo difundidos por un órgano de contralor como Fiscalía de Estado. Se incluía hasta el correspondiente derecho a réplica de algunos funcionarios.
"La arbitrariedad del despido se evidencia, además, al tener en cuenta que la publicación o no de una información periodística no es facultad de un trabajador de prensa sino de la empresa que la autoriza", apuntó el Sindicato sobre su desvinculación.
Sipremza acusó a Cornejo y sus funcionarios de presionar para que despidieran a Abraham, "desconociendo la responsabilidad de sus propios actos la empresa se haya allanado al despido del periodista en lugar de ejercer su defensa y en definitiva la suya propia".
Y siguió: "Repudiamos el suceso que, desde todos sus flancos, configura un acto de censura, un ataque al ejercicio profesional de la labor periodística y en consecuencia un ataque a los trabajadores de prensa y a la sociedad toda por la vulneración de su derecho a la libertad de expresión y al de ser debidamente informada".
Tras su desvinculación, el trabajador de prensa remarco: "La comunicación pública, se sabe bien, se ha transformado en el cuarto poder del Estado y Mendoza demostró no ser una república, sino un imperio. La división de podres es nula y una sola fuerza macrocefálica no sólo maneja el Ejecutivo, sino que también pone y saca jueces, utiliza el parlamento como una escribanía y, ahora, también presiona y decide sobre la libertad de expresión de los medios de comunicación".
Olla popular y carpa frente a Los Andes
Diego Parés, del Sipremza, indicó sobre los despidos en Los Andes que "ha sido muy violenta la situación porque veníamos de asambleas, paritarias, aún discutiendo sueldos, y de repente los compañeros comenzaron a recibir notificaciones de despidos. Reaccionamos solidarizándonos con una asamblea y la decisión de dictar el estado de asamblea permanente. La empresa aduce reestructuración".
Los ocho despedidos corresponden desde jefes y subjefes de sección a trabajadores con poca antigüedad, ante lo cual, en declaraciones a radio La Mosquitera, Parés interpretó que se trata de "un amedrentamiento a la organización de los trabajadores. Esto tiene que ver con el contexto político general. No es casual que esto ocurra cuando el Gobierno vocifera una reforma laboral".
Los compañeros de los ocho despedidos sin causa de Los Andes, a través de la Asamblea de Trabajadores de Prensa del diario, expresaron su rechazo y solicitaron la "inmediata reincorporación, promovemos la solidaridad con los compañeros damnificados y ratificamos la legitimación de la defensa de la fuente de trabajo y el rechazo a cualquier intento de precarización laboral como consecuencia de las medidas adoptadas por la empresa, ya sea a través de la multifunción o por la sobrecarga de tareas".
Repudiaron a su vez "el comunicado que el departamento de Recursos Humanos emitió a través de un correo electrónico el día posterior a la drástica medida, en la que se intenta falsamente legitimar la prescindibilidad de los profesionales a través de la inserción de la empresa en el negocio de la inteligencia artificial. Consideramos el hecho como un acto de mala fe en un momento en el que nos encontramos afectados por motivos profesionales y afectivos a raíz de la desvinculación de nuestros compañeros".