Los jueces, los que ocupan el gobierno y la policía fueron los blancos hacia los que apuntaron sus dardos las miles de mujeres que este miércoles marcharon en la capital neuquina contra los femicidios. Fue en el marco de marchas masivas en todo el país por el paro nacional en repudio a la absolución de los acusados del femicidio de Lucía Pérez, en Mar del Plata.
En Neuquén las proclamas, las pancartas y los cantos responsabilizaron a quienes controlan el Poder Judicial y el Ejecutivo y a la policía como parte central en el desenlace fatal para muchas mujeres: unos por omisión o por minimizar casos de violencia de género, otros por no implementar políticas acordes y otros por ser la pata ejecutora armada de las políticas, o la ausencia de ellas.
La marcha, que comenzó en el monumento a San Martín, frente a la Municipalidad, dio la clásica vuelta por avenida Argentina hasta el monumento a las madres, volvió por la avenida y dio la vuelta por Alberdi para concentrarse frente al Tribunal Superior de Justicia, donde una intervención artística con máscaras y nombres de víctimas de femicidios interpelaba directamente a los funcionarios judiciales que, como en el caso de Karina y Valentina Apablaza -dos víctimas recientes de femicidio, en Las Ovejas- no acuden a las señales de alerta de las mujeres en peligro.
Los cantos contra la justicia y la policía patriarcal fueron constantes en toda la marcha. Frente al tribunal en calle Alberdi, además, se prendieron bengalas rosas y verdes. Desde allí las chicas caminaron y cantaron por el boulevard 25 de Mayo y siguieron por Roca hasta Casa de Gobierno, otro de los puntos centrales del repudio. "Vamos a hacer la corrida feminista hacia donde están esos sátrapas que no impulsan políticas públicas para las mujeres", arengó una referente de La Revuelta por megáfono.
Hacia allí corrieron las mujeres. Previamente las paredes laterales de Casa de Gobierno fueron intervenidas con el rostro de Lucía Pérez multiplicado y seis pancartas, cada una con una letra mayúscula, fueron acomodadas en uno de los ingresos a la sede del Ejecutivo: H-A-R-T-A-S.
Desde allí la marcha volvió por La Rioja y Belgrano nuevamente a la Avenida Argentina. Allí las agrupaciones feministas -entre las que convivieron banderas sindicales, de organizaciones sociales, estudiantiles, de pueblos originarios y de ong- se quedaron bajo la persistente garúa al ritmo de batucada, insistiendo en el reclamo por el cese de la violencia contra la mujer, por el fin del patriarcado en todas sus formas, recordando a Lucía Pérez a garganta viva o en silencio. Acordaron al final volver a reunirse para otra marcha de la resistencia, la del 10 de diciembre, para acompañar a las Madres de Plaza de Mayo de Neuquén.