El fallo de la Corte a favor de un grupo de jubilados que hizo juicio por la actualización de sus haberes dejó en evidencia peleas intestinas en la Corte Suprema de la Nación, que otra vez dejó en soledad, con su voto en disidencia, al presidente del máximo tribunal, Carlos Rosenkrantz.
Sobre el funcionamiento de la Corte y los hilos que mueven esas disputas reflexionó el periodista Néstor Espósito, entrevistado por radio UNCo Calf, todo en el contexto del fallo de las jubilaciones. El periodista, quien lleva años trajinando tribunales y conoce al dedillo las intrigas palaciegas entre los cortesanos de ayer, hoy y siempre, se explayó sobre la disputa de poder entre Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, su antecesor como jefe de los supremos.
“La impresión es que están aislando a Rosenkrantz, que queda solo votando con lo que pretende el Gobierno y el resto que saca fallos como éste y el del 2×1 que deja aislado al presidente. No conozco forma más explícita de sacarle poder a un presidente que asumió hace tres meses”.
“La manera en que el presidente llegó a la Corte Suprema fue desprolija, aprovechó una debillidad interna de Lorenzetti para desbancarlo, contó con la complicidad de (Horacio) Rosatti, que en realidad es el ideólogo de todo esto, y de Elena Higton de Nolasco, pero ahora a medida que aparecen temas importantes para fallar, Rosenkrantz queda solo votando los postulados del Gobierno, y el resto, liderados en la oposición por Lorenzetti, es decir queda solo el presidente. Esto pasó siempre en la Corte, pero nunca de una manera tan clara como ahora”, detalló el periodista.
Amplió Espósito sobre la construcción de poder del anterior presidente de la Corte: “Cuando le convino ser opositor al gobierno anterior lo fue, cuando arrancó el actual gobierno le marcó de entrada la cancha y después hubo un distanciamiento porque nunca lo consideraron confiable. Lorenzetti se vio desplazado del centro de la foto. Y empezó a marcar que una cosa es ser el presidente de la Corte y otra ser el líder. Lorenzetti está construyendo poder desde esta nueva posición”.
En esa pelea intestina, Espósito evaluó los últimos fallos del máximo tribunal, como el del 2×1, en el cual la Corte revocó el beneficio para condenados por delitos de lesa humanidad. Aquí, analizó el periodista, tallan “posturas jurídicas tribuneras frente a conceptos jurídicos”. Y se explayó: “Rosatti y Higton de Nolasco se dieron vuelta, dijeron que valía el 2×1 ahora dijeron que no valemás, y Rosenkrantz que era el que había dicho siempre que el 2×1 valía para dictadores y para ladrones de gallinas, esa postura quedó sola y pedaleando y Rosenkrantz como el que defendía a represores. Hay toda una construcción de lo que pasa y lo que parece que pasa. En definitiva, la posvedad también llegó a la Corte Suprema”.