Tras la derrota en las PASO, Mauricio Macri salió a hacer campaña montado en dos eslóganes duranbarbeanos: "Si se puede" y "Se da vuelta", con su correspondiente canción de cancha. Salió de gira por ciudades d todo el país con su esposa, Juliana Awada y Hernán Lombardi, responsable del sistema de medios públicos y principal animador de la caravana reeleccionista. Sin embargo, ¿es posible dar vuelta la elección?
La única candidatura que podría llegar a impedir el triunfo de Alberto Fernández -quien rozó el 50% de los votos afirmativos en als primarias- para forzar un balotaje es la de Mauricio Macri.
En tres párrafos dedicados al análisis preelectoral en Argentina, Guillermo Javier González y Yair Cybel en un artículo para la Celag, sintetizan sobre la chance de "si se puede":
"(...) qué tan posible es que esto ocurra teniendo en cuenta que en las PASO Fernández superó tanto el 40% con más de 10 puntos porcentuales por sobre Macri –la diferencia fue de 16,57%- como también el 45% que lo consagraría presidente independientemente de la distancia con su inmediato competidor. Desde el oficialismo se encargaron de darle un tono épico a la campaña reeditando la consigna “Sí se puede”, la cual en esta ocasión hace alusión a la factibilidad de dar vuelta el resultado de las primarias. ¿Es esto posible?
Si tomamos los últimos cuatro comicios presidenciales veremos que el promedio de votación es algo superior al registrado el 11 de agosto -78,72% vs. 75,6%-. Por ende, imaginando que la participación se ubique en ese valor, implicaría un 3,12% más de votos, es decir, en torno al millón de votantes adicionales. Si todos ellos votaran por Macri –con el resto de los valores constantes-, el oficialismo estaría cercano al 36%, mientras que Alberto Fernández aún se ubicaría por encima del 47%. Si la participación, en cambio, fuese superior y llegara al 81,07% como en 2015 –el valor más alto del siglo-, y todos los nuevos votantes se inclinaran por JPC, esto implicaría algo menos de 2 millones de votos adicionales, lo que elevaría su porcentaje a casi 38%. Aún así, no sería suficiente puesto que Fernández se ubicaría en un 46%.
En síntesis, no alcanza con los votos que pudiera sumar el oficialismo sino que necesariamente tendría que restarle una gran cantidad de votos a Fernández. Sin embargo, es más bien probable que ocurra lo contrario y que Fernández sume nuevos adeptos, especialmente por el llamado “voto a ganador”. De este modo, y aún con un gran incremento de la participación, la posibilidad matemática de que Alberto Fernández baje del 45% al tiempo que Macri quede a menos de 10 puntos de distancia para alcanzar el balotaje, es altamente improbable.