A Vaca Muerta no le gusta nada lo que su espejo le devuelve. Se desarrolló imitando lo hecho en los enormes campos de esquisto estadounidense. Esto es, la extracción de petróleo enquistado en una roca mediante el fracking (fracturación hidráulica).
La industria petrolera del país del norte está en terapia intensiva. En los últimos tiempos quebraron unas 200 compañías petroleras que tenían negocios shale. Si los precios del crudo se mantienen en los niveles actuales, se profundizará la crisis.
Los experto estiman que las deudas de la industria del esquisto norteamericana ascienden a 200 mil millones de dólares. Los vencimientos están concentrados en los próximos cuatro años. La quiebra se cierne como posibilidad sobre una multitud de empresas.
Vaca Muerta copió el fracking a los estadounidenses, pero no el modelo de negocio. En el país del norte la explotación del shale fue liderada por una gran cantidad de empresas pequeñas y medianas, que fueron financiadas por Wall Street.
El boom del shale comenzó en Estados Unidos en 2008, con los precios del crudo volando hasta los 150 dólares por barril.
En Argentina, la industria no convencional fue impulsada por YPF y un pequeño grupo de compañías gigantes. El desarrollo de la producción en Loma Campana, nave insignia de Vaca Muerta, comenzó en 2014. Desde entonces, los financista principales fueron el Estado y la economía doméstica. El primero vía subsidios, la segunda pagando precios por las nubes.
Las compañías petroleras norteamericanas que cotizan en bolsa emplean de forma directa a unos 700 mil trabajadores. En una década, el fracking posibilitó a Estados Unidos el autoabastecimiento ubicándolo en el primer lugar de los países productores de petróleo.
No obstante, el modelo de negocio está en crisis. Lo estaba con anterioridad a los efectos de la pandemia del coronavirus.
Los bonos de las empresas del fracking integran los bolsones de títulos denominados basura de Wall Street. Es decir, son altamente riesgosos, debido a que no está probada la rentabilidad de los negocios petroleros con los costos que implica la fractura hidráulica.