Venezuela: el legado de Chávez, la devaluación, cómo perder 700.000 votos en medio año y el ejemplo para Argentina

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La pérdida de poder adquisitivo de los sectores medios y populares por la combinación de inflación con devaluación fugó votos del chavismo. La derecha tomó banderas del enemigo. El análisis de Artemio López

 

Nicolás Maduro fue electo presidente con una ventaja de menos de dos puntos sobre Henrique Capriles.
Nicolás Maduro fue electo presidente con una ventaja de menos de dos puntos sobre Henrique Capriles.

 

Por Artemio López
para Télam

Tras ganar 17 de 18 elecciones desde el año 1998 y permanecer 14 años en el poder, el 50,7 % de los venezolanos votó una vez más por darle continuidad por otros seis años al modelo chavista, que tras el nuevo mandato encarnado esta vez en Nicolás Maduro completará las dos décadas en el gobierno de Venezuela. Tremenda serie temporal.

En efecto, se trata de un inédito récord de continuidad en el gobierno para la historia de las democracias latinoamericanas, el régimen cubano perdura pero, obviamente, no lo hace bajo el formato democrático.

Como se sabe, el candidato socialista, Nicolás Maduro Moros, obtuvo la victoria en los comicios presidenciales de este domingo para el período 2013 - 2019, con el 50,66 % de la votación registrada, revela el primer boletín emitido por el Consejo Nacional Electoral (CNE), con 99,12% de transmisión y con tendencia irreversible.

Por su parte, Henrique Capriles obtuvo el 49,07 % de los votos.

La participación fue de 78,71%, ligeramente inferior a la de octubre del año 2012 que superó el 80%.

De acuerdo con el reporte emitido por el CNE, Nicolás Maduro obtuvo 7.505.338 votos, mientras que Capriles alcanzó 7.270.403 votos.

El resto de los aspirantes obtuvo en total 38.756 votos para una representación de 0,26% del total.

Desagregados los datos por, según los resultados del CNE, el candidato Nicolás Maduro Moros ganó en 16 estados (Apure, Cojedes, Portuguesa, Delta Amacuro, Guárico, Trujillo, Distrito Capital, Amazonas, Aragua, Barinas, Carabobo, Falcón, Monagas, Sucre, Vargas y Yaracuy).

Por su parte, el candidato por la MUD, Henrique Capriles, ganó en los estados de Zulia, Bolívar, Lara, Táchira, Mérida, Nueva Esparta, Anzoátegui, Miranda.

En perspectiva, respecto a las elecciones presidenciales de 2012, con el mismo padrón electoral y similar concurrencia promedio, el PSUV perdió 700.000 votantes, mientras, a contrario sensu, la MUD ganó ese mismo número de votos.

Si la comparación electoral se hace respecto a las elecciones de diciembre de 2012 en la disputa de gobernadores, el PSUV perdió en 8 estados, mientras que en diciembre solo había sido derrotado en tres.

Las explicaciones de este retroceso reconocen múltiples causas, de las que señalaremos las que creemos más relevantes.

La combinación de la ausencia del carisma aglutinador del líder fundador, una menor participación de sectores populares, la corrupción y ausencia de renovación de cuadros dirigentes en el PSUV y, en especial, la caída del poder adquisitivo producto del efecto combinado de la devaluación del bolívar en un contexto inflacionario, fueron a priori las causas centrales de la caída de la brecha entre oficialismo triunfante y la opo perdidosa, aunque creciente. Lección para nuestro país sobre los efectos electorales de devaluar con inflación.

En efecto, en Venezuela la inflación se mantiene en dos dígitos desde practicamente el año 1998, en 2012 cerró en 20,1 % y aunque este nivel supuso un baja de 7,5 puntos con respecto al 27,6 % que se registró en 2011, la gran causa del deterioro del poder adquisitivo fue sin duda imprimir sobre este contexto inflacionario una devaluación salvaje.

Dos devaluaciones en 100 días

Antes de ser elegido presidente en las urnas, Maduro asumió como presidente encargado de Venezuela el 8 de marzo, tres días después de que Chávez falleciera luego de una tenaz batalla contra un cáncer que le detectaron a mediados de 2011, pero estaba al frente del gobierno desde el 10 de diciembre.

Según diversos analistas tanto oficialistas como de la oposición venezolana, en estos 100 días tuvieron lugar dos devaluaciones, al aludir como primer devaluación, directa, a la modificación del "patrón único" de venta del dólar, que desde el pasado 8 de febrero subió de 4,3 a 6,3 bolívares, una devaluación de aproximadamente el 31,7 %.

La segunda devaluación, indirecta, es la que llevó al Gobierno a establecer el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), un mecanismo de subasta para asignar dólares a empresas, a un precio aún más elevado que el establecido para el cambio convencional.

Estas circunstancias combinadas de devaluación con inflación terminaron impactando sobre el poder adquisitivo de franjas poblacionales que, habiendo dado el voto a Chávez en octubre de 2012, viraron a la oposición en el año 2013.

Para potenciar este viraje considérese que en esta elección la oposición, a diferencia de elecciones anteriores donde rechazaba de plano el proceso bolivariano, asumió como propias las conquistas chavistas y hasta reivindicó la figura del líder fundador, garantizando la continuidad de la política de inclusión social del PSUV, incluso la misión sanitaria en los barrios motorizada por médicos cubanos.

La extensión de esta franja de voto del PSUV migrado en seis meses a la MUD es el equivalente al estrechamiento de la distancia entre oficialismo y oposición, descontado el aumento del ausentismo (menos de 2 puntos entre octubre de 2012 y abril de 2013) y los segmentos sociales fueron segmentos medios pero también sectores populares que tradicionalmente acompañaron al PSUV.

Finalmente, la elección presidencial en Venezuela expresa tanto la contundencia del proceso iniciado por Hugo Chávez en el año 1998 que va por las dos décadas ininterrumpidas de gobierno, como sus límites.

En efecto, el estrechamiento de los márgenes de este triunfo del PSUV sobre la MUD a menos de 2 puntos porcentuales (el menor de la historia del proceso bolivariano), muestra los efectos electorales combinados de la ausencia de liderazgo con falta de renovación partidaria y el impacto de la pérdida de poder adquisitivo que supuso la mega devaluación del bolívar en un contexto inflacionario, la misma receta que los gurúes argentos intentan vender sin éxito a modo de “solución”, cuando saben perfectamente que la devaluación es el camino que acabaría definitivamente con el proyecto iniciado por Néstor Kirchner en 2003 y que continúa Cristina Kirchner a partir del año 2007.

 

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