Tres mendocinos estuvieron tras bambalinas y en escena en torno a la intervención de Vicentín. Los ex ministros menemistas Roberto Dromi y José Luis Chupete Manzano encabezaban las opciones del mercado para salvar a la cerealera, mientras la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti fue puesta al frente del operativo de intervención por la vicepresidenta Cristina Fernández.
Los ex ministros, cada uno por su cuenta, tenían planes para quedarse con Vincentín en medio de la pandemia. El gobierno abortó esos planes con una jugada empujada decisivamente por el kirchnerismo.
Dromi y Manzano hicieron vuelos rapaces por el gobierno de Carlos Menem, pero dejaron marcas imperecederas. Dromi armó el esquema jurídico administrativo de las privatizaciones. Manzano se fue después de la coimas denunciadas por el frigorífico Swift. Un año y seis meses estuvo Dromi. Un año y cuatro meses fue ministro Manzano. Ambos son El Menemismo. A pesar del tiempo escaso.
José Luis Manzano pugnó por quedarse con el control de Vicentín con el apoyo de un grupo de acreedores extranjeros de la firma. A la vez, Roberto Dromi buscaba armar una sociedad nacional mixta para seguir con la compañía que más granos exporta.
Anabel Fernández Sagasti fue designada por Cristina para participar en el diseño de la administración que viene para la empresa estatizada. Jugó fuerte mientras el presidente Alberto Fernández abría un conflicto con el establishment político y empresario de Mendoza poniéndole un freno a Portezuelo del Viento, que ante todo es un negocio fenomenal para los intereses provinciales ahora enfrentados con Fernández.
Dromi es originario de Rivadavia. Manzano, de Tupungato. Y Fernández Sagasti, de Godoy Cruz.
Dromi saltó a las grandes ligas desde su formación en derecho administrativo y político. Manzano fue el presidente de la JP de Mendoza siendo un adolescente de la zona rural. Y Fernández Sagasti se formó desde la cuna en el peronismo con un posgrado en kirchnerismo siendo la fundadora de La Cámpora en Mendoza.
Dromi tiene 75 años. Manzano, 64. Y Fernández Sagasti, 36. Por razones y posiciones diferentes, a los tres los tuvo ocupados Vicentín en los últimos días.
