Colombia es el segundo país con mayor desigualdad en la distribución del ingreso de Latinoamérica, detrás de Brasil. Ahí reside una de las causas principales para que el país eligiera por primera vez a un presidente de izquierda y a una vicepresidenta afro y uno de los mayores desafíos que enfrenta el flamante presidente Gustavo Petro, quien anunció que llevará adelante una reforma tributaria entre las primeras medidas de su gestión, que acaba de empezar.
La desigualdad en Colombia se profundizó mientras la economía crecía en torno al seis y medio por ciento anual entre el 2006 y el 2014, concluyeron los expertos del Banco Mundial que abordaron la problemática.
El primer presidente de izquierda decepcionaría a una parte importante de su base electoral sin una política capaz de producir un shock distributivo, cuya aplicación exacerbaría la oposición del poderoso establishment del país.
Petro asumió en ese escenario. Y ahí nomás ratificó que una prioridad de su gobierno es atacar la desigualdad, como predicó desde que incursionó en la arena política.
"Es un despropósito y una amoralidad, no naturalicemos la desigualdad y la pobreza (...) Somos unas de las naciones más desiguales socialmente de todo el planeta y esa es una aberración que no podemos continuar si queremos ser una nación y vivir en paz", proclamó el presidente en su asunción.
"La igualdad es posible si somos capaces de crear riqueza para todos y todas, y si somos capaces de distribuirla más justamente. Por eso proponemos una economía basada en la producción, el trabajo y el conocimiento. Y es por ello por lo que proponemos una reforma tributaria que genere justicia", sostuvo el mandatario no bien asumió el poder.
Según el Banco Mundial, la desigualdad de Colombia es estructural. Los hijos de los pobres están condenados a la misma suerte de sus padres. “Colombia tiene una de las tasas de persistencia de desigualdad más altas entre una generación y la siguiente. Si un padre gana el doble de lo que gana otro padre, su hijo ganará en promedio más del doble que el hijo del padre de menores ingresos”, apunta un estudio de la entidad de crédito supraestatal.
