"Somos todos Redonditos...", el grito final de un análisis generacional del público que tendrá el Indio en el Malvinas

Share
Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
Foto: http://ar.fotolog.com/tatuaje_r0canr0l
Foto: http://ar.fotolog.com/tatuaje_r0canr0l

 

Por Orlando Tirapu / Colaboración
@Babi_T

Domingo 28 de Abril, Buenos Aires, Argentina.

Julio Saez, manager y vocero del Indio Solari, ha recibido la confirmación y redacta inmediatamente un comunicado de prensa para los matutinos del lunes 29 anunciando que "El Indio" dará un concierto en nuestra Mendoza.

Mendoza, esa misma tarde/noche

Una amiga que trabaja en las cercanías del poder, me anunció que "Paco" (Francisco Pérez, gobernador de la Provincia), en cualquier momento , iba a publicar en TW la noticia. Siete minutos tuve que esperar y lo inesperado se hizo carne: Carlos Alberto "El Indio" Solari celebrará en Mendoza una de esas misas que todavía conservan bien guardado el secreto de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Mensajes de textos de acá para allá.

Las redes sociales estaban encendidas en el fuego eterno de la música, la gráfica, la poesía y el arte del sumo sacerdote orador de ceremonias. Y las buenas noticias seguían llegando como patada desde el pasado reciente. Con alegría, nos acordamos de que en días anteriores en la revista Orsai Sergio Dawi y Semilla Bucciarelli aseguraban con timidez que fueron convocados por "El" para formar parte de una nueva murga que ni Eduardito Beillson (Skay) pudo pasar por alto.

Así, de rompi y raje teníamos a una buena parte de la ricota acá, en nuestra casa. No importaba como. Si por circunstancias políticas, turísticas, económicas o lo que sea, lo cierto era que a raíz del anuncio, en Mendoza se comenzaba a gestar una ricoterización de las masas que, lejos de parecer una tendencia pasajera, refracta a la luz una serie de personajes de todo tiempo, color y lugar que tienen una sola cosa en común: Lealtad ante Patricio Rey. Analicemos algunos casos locales, ordenados como ha convenido el tiempo en su libre albedrío de hacer las cosas como se le da la gana.

Ricoteros Old School

Tienen entre 45 y 50 años. Hijos, también ricoteros, de entre 18 y 25. Fueron a ver a Los Redonditos por primera vez a la cancha de Huracán en el 94 y quedaron tan manija que volvieron en el 99 al Patinodromo de Mar del Plata. En consecuencia , se enorgullecen sacando pecho y chapa de que fueron protagonistas de la gestación de la banda, cuando en realidad agarraron el movimiento con varios años de carrera.

Afectados por el comentario de la prensa que a veces habla sin saber, las aristas de sus interpretaciones líricas para con la banda, están muy atadas a las drogas duras y los mensajes satánicos. Pero, son buenos tipos, tienen la ricota en la sangre y aunque después no fueron ni a ver al Indio a San Luis, ya está esperando, con nostalgia y desesperación, el 5 de julio... día en que se ponen en venta las entradas para la misa del Malvinas.

 

 

Ricoteros de la edad media

Tienen entre 30 y 40 años. Sin dudas fueron los que más disfrutaron en carne viva a la banda más grande del país. Se cargan varias ceremonias en la espalda, en su gran mayoría bancadas a faso y pala y poca plata. Son los redonditos de abajo. Esos que viajaron y soportaron el frío, los palos, el hambre y el mal sueño pero nunca fueron mal recompensados. Son los que entendieron de cara a la realidad lo que es pertenecer a una banda como así también son los que vieron caer (a manos de la policía) a un miembro de la misma.

En el 2001, muchos se quedaron varados en Desaguadero cuando los ratis les revisaron el micro y los dejaron sin esa última celebración en el país. Personalmente, les tengo mucho aprecio porque fueron ellos quienes nos legaron intacto el misterio de Patricio Rey.

 

Ricoteros de la desdicha

Tenemos entre 25 y 30 años. Somos aquellos que desde hace mucho vivimos en la pena de no haberlos visto juntos en un mismo escenario. Somos esos que viajamos a casi todos los recitales del Indio y algunos de Skay pero aún tenemos la herida abierta, la espina clavada. Los conocimos tarde en la línea de la historia pero a tiempo para quedar marcados de por vida ese día que escuchamos el Momo Sampler, el Bondi o Luzbelito.

Vivimos las fábulas ajenas como propias y nos alimentamos del mito a fuerza de anécdotas, noticias y novedades que los dos grupos anteriores gentilmente se encargaron de desparramar sobre nuestros corazones trizados. Tenemos la melancolía a flor de piel y renegamos al cielo no haber nacido unos cuantos años antes.

Amamos a los redondos y todavía tenemos esperanzas. Somos los que nos reventamos la garganta en La Plata, Tandíl, Junín, Jesús María, Salta, San Luis cantando "solo les pido que se vuelvan a juntar". Es que nunca los pudimos disfrutar a ese nivel. Somos los que el 14 de septiembre, en el Malvinas, nos volveremos a desgarrar las cuerdas vocales entonando el clásico e impacientado grito: solo les pido...

 

Ricoteros New Wave

Tienen entre 15 y 20 años. Son las nuevas bandas, las más efervescentes. Van a la secundaria con una mochila que dice "PR" y decodifican letras con una libertad envidiable. Ellos también escucharon la historieta pero la interpretan no como un mito sino como la leyenda viva del rock and roll nacional.

Van a ser los primeros en tener el boleto en mano para poder soñar con escuchar los himnos así como lo hicieron en San Luis esa noche de vientos el 27 de abril del 2008. Aman a los redondos a su modo. Entienden muy pocas letras pero, las que sí pudieron absorber, las tragaron con una sed de incertidumbres que hasta los Old School desearían poseer. Son las almas sensibles. Jóvenes que hoy revuelven diccionarios para así poder descifrar con ansias las líneas del Perfume de la Tempestad aun sin tener muchas misas en la bitácora de sus recuerdos.

 

 

En fin

Las bandas son las bandas y en mayor o menor medida nos sentimos parte de lo mismo. Todos sabemos que no existen sustanciales diferencias ya que para el ricotero Los Redondos son un sentimiento. Una sensación en el pecho que no podemos explicar por que los llevamos bien adentro. Es por eso que los vamos a seguir a donde sea y vamos a ser redonditos hasta el último día. Somos diferentes, es cierto. Algunos tienen más o menos años pero al fin y al cabo ¡SOMOS TODOS REDONDITOS, REDONDITOS DE RICOTA!.

 

 

Share