"Vamos a tener mayores complicaciones de las que esperábamos”, resumió el ministro de Gobierno, Natalio Mema, sobre el impacto en Mendoza de las medidas anunciadas por Luis Caputo.
La fortísima devaluación que anunció Caputo -de más de 100%-, la quita de subsidios, el recorte en el envío de dinero a las provincias serán un misil para las economías provinciales, pese a que el cornejismo viene haciendo gala de un superávit fiscal desde 2022.
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Los salarios de los trabajadores estatales, ya deprimidos, por debajo de la inflación y muchos por debajo de la línea de pobrezas, configuran un posible escenario de conflicto. al licuarse con la devaluación y la estampida de precios que se siente desde hace varios días en los supermercados de Mendoza.
“Vamos a esperar para ver cómo impacta la devaluación en la inflación, y esa inflación cómo impacta en nuestras cuentas, sobre todo en base a los gastos que tiene el Estado”, señaló Mema.
“Eso seguramente va a impactar muy fuerte en los precios, obviamente en la ciudadanía y también en las cuentas del Estado. Hay muchos gastos del Estado atados al precio del dólar, sobre todo relacionado a la salud, a la educación y a la seguridad”, agregó.
Luego repasó el ministro que “hay fondos (nacionales) para vivienda y educación que están vinculados a impuestos que van a ir decayendo mes a mes, y que a medida de que se acelera la inflación decaerán más porque están representados en sumas fijas nominales en pesos que obviamente van perdiendo poder adquisitivo al ritmo de la inflación. Por lo tanto, esos son fondos con los que deja de contar la Provincia”.
Los subsidios del transporte
Caputo anunció también la quita de subsidios para el transporte. Aunque el gobierno local venía usando la plata de esos subsidios como botín de guerra contra la Nación, la guadaña que anunció Caputo implica un impacto mucho mayor que la pirotecnia verbal que le dedicaban a Sergio Massa en los medios masivos hasta hace pocas semanas.
Blanqueó Mema: “Son fondos que no vamos a tener y eso va a estar también agravado porque la gran mayoría de los costos del transporte también vinculados al dólar: el combustible, el mantenimiento y la reposición de las unidades y también lógicamente el costo del recurso humano, que con estos niveles inflacionarios seguramente va a tener una presión hacia arriba. Hay que ver de qué manera podemos sostener ese costo para poder seguir prestando el servicio”.
