Para el gremio de los profesionales de al Salud, AMPROS, el paquete de leyes con los que Alfredo Cornejo pretende imponer una reforma en el sistema de salud y el régimen salarial de los médicos es "inconstitucional".
“Se trata de un proyecto de ley inconstitucional, debido a que se vulnera derechos conquistados en nuestro Convenio Colectivo de Trabajo, ley 7759, un convenio que ha sido modelo en todo Sudamérica y que se implementó y luego se modificó, gracias a consensos y acuerdos entre el gremio y el Gobierno en el marco de la Comisión Negociadora creada por dicha ley en su artículo 3. Cuando la semana pasada el ministro de salud nos adelantó un par de ideas de este proyecto nosotros le advertimos que todo se puede discutir y consensuar dentro la ley, pero por fuera, nada”.remarcaron los referentes gremiales.
No obstante, si el sindicato, que prepara protestas en la previa del tratamiento de las leyes, decidiera presentar un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte, tras la reforma que impulsó el propio Cornejo, éste debería ser resuelto por el pleno de la Corte, de tendencia filoradical en su actual composición.
Es decir, el cornejismo no sólo tiene a su favor la Legislatura, sino que en caso de que el reclamo de AMPROS pasara a mayores, el pleno de la Corte, favorable al oficialismo, debería resolver.
“El paquete de proyectos de leyes de Salud que pretende aprobar el Gobierno Provincial es, además de inconstitucional, engañoso, porque lo único que pretende es que se le otorgue al Poder Ejecutivo atribuciones totales para poder decidir a quién nombrar, en que categoría nombrar y cuánto va a ser el valor a pagar", reprochó AMPROS horas después de conocerse el texto de las leyes reformistas de Cornejo.
"Esto no hace más que favorecer prebendas políticas, eliminando todos los organismos colegiados que existen por ley y que determinan la idoneidad, como son la Junta Calificadora de Mérito, el Jurado de Concurso y la Junta de Reclamo y Disciplina, otorgando el poder exclusivo al político de turno para determinar, quienes ingresan al sistema, quienes van a ganar más y el poder de sancionar arbitrariamente según conveniencias políticas”, agregó el gremio.
Frente a una crisis sanitaria sin precedentes y el constante éxodo de profesionales y técnicos a otras provincias e incluso a Chile -donde cobran guardias en dólares- el Ejecutivo pretende un sistema paralelo de contratación y remuneración manejado por el Gobierno que les exigirá trabajar más horas y por objetivos, pagándoles por "unidades sanitarias". Todo manejado a discreción por el cornejismo. La inherencia del gremio desaparece, las paritarias desaparecen.
El sindicato señaló que “el proyecto se traduce en la pérdida de la estabilidad laboral, la discriminación entre trabajadores, el aumento de horas a trabajar excediendo las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo e impidiendo la negociación salarial y de condiciones laborales en Paritarias libres y obligatorias”.
El rol de la Corte filo radical
Si, además de las protestas, el gremio decidiera llevar el caso a la Suprema Corte, debería decidir el pleno de la misma, integrada por una mayoría de 4 a 3 a favor del oficialismo.
Las demandas de inconstitucionalidad son ls que atañen a derechos colectivos. Cuando Cornejo impulsó la reforma de la Corte para eliminar la Sala II -último reducto judicial que no le respondía por completo- presionó hasta que logró que el pleno del máximo órgano se quedara con la resolución de este tipo de demandas.
En su momento un ex supremo, Alejandro Pérez Hualde, advirtió:
"Es muy endeble un 4 a 3, olvidémonos de quien tiene 4 y quien tiene 3. Es una estructura extraordinaria de gestión y control sobre el comportamiento de los tribunales. No hagamos una ley para un 4 a 3 endeble. Nuestra provincia una de las virtudes que tiene es que siempre vienen los otros después. He visto pasar a todos los gobiernos, radicales, justicialistas, en Mendoza siempre vienen los otros. No nos olvidemos de eso. Pensemos si el 4 a 3 igual me sirve si lo manejan los de "la contra".
